Seguimos sin aprender o sin saber la realidad de la pandemia. Cuando se teme por una nueva ola, se insiste en la importancia de la vacunación de la COVID-19. Pero al mismo tiempo se inician los trámites para vacunar a los menores y, pese a estar en tiempos de gripe, la tercera dosis se sigue administrando a la población de mayor a menor. Si sigue la evolución, el nuevo año vendrá con una tercera dosis en general.
Las estadísticas se utilizan en teoría como información, o más bien comunicación. Pero se evidencia que los hospitalizados, ingresados en UCI y fallecidos, son en una gran mayoría personas que no están vacunados.
Sería suficiente para hacer entrar en razón a quienes se niegan a vacunarse. Puede que tengan razón de que tenga efectos secundarios. Pero nos preguntamos: ¿y qué no tiene efectos secundarios hoy día? Alimentación, uso de móviles o el estrés continuo son mayores males que los efectos de la vacuna.
El problema va a venir por tres sitios en los próximos días. Por un lado, ya se están advirtiendo de nuevas medidas por el aumento de casos. En segundo lugar, habrá reuniones familiares y en muchas de ellas alguien no se habrá vacunado. Y en último lugar, pasará como la pasada Navidad: al que le toque desgraciadamente, le afectará el virus de nuevo, provocado puede darse el caso, por la persona que no se vacunó.
Si entramos en una época de Navidad, de generosidad, de alegría, de estar como los seres queridos… no hay mejor regalo que vacunarse para compartir los momentos que se puedan porque ya sea hoy, mañana, el 24, el 31 o el 5… hay que vivir el presente como si fuera el último día. Por lo que si no se ha vacunado, llame o vaya directamente al Hospital que seguro le vacunarán al instante.
Si no lo hace por uno mismo, hágalo por el abuelo, el amigo o pariente débil, por el niño, por el bebé que aún no lleva ni mascarilla. Por no ser esa estadística de casos que provocaron la gravedad del virus o la temida muerte.
No provoque más crispación en esas reuniones de amigos, cuñados y nuevas familias, donde imaginen la que se puede liar cuando se saque el tema. Pero sobre todo, hágalo por su entorno, por quienes están al lado, por quienes pueden perder su salud y vida por dar cabida a ese virus, que algún día, algún año o en alguna película, nos mostrarán cómo surgió.
Así que escribimos estas palabras en el “viernes negro”, por lo que vengan una “blanca Navidad” en la que el mejor regalo es poder reunirse en familia, con amigos, vacunados, para poner en valor a la familia.
Que no haya luego que reunirse por la pérdida de alguien, provocado por alguien que no se llegó a vacunar. Que ya hay que lamentar situaciones impensables que la vida nos trae. En este caso, sí podemos evitar complicaciones si se vacuna el que no lo esté.
Por ello, ante el inicio de campaña navideña este jueves 2 de diciembre, nuestro deseo a quien aún no lo haya hecho: “¡Vacúnate por Navidad y por todos los demás!” Que la fuerza de la solidaridad siempre esté presente ahora y durante todo el año.
