El Carnaval abre un fin de semana de fiesta donde las agrupaciones van sumando participantes. ¡Ya son cinco las que participan! Un logro tras años solos en el desierto los de la chirigota antequerana.
Escribimos estas líneas antes de partir al Pregón de Román Mejías que presumimos será un canto al Carnaval “que es de todos y para todos” como nos decía en la entrevista de la semana anterior.
Tiene sus primeros recuerdos en “las fiestas que se hacían de jovencillos, antes de que Franco muriera, a principios de los 70”, lo que hace desplazarnos a lo que hoy deben de buscar los jóvenes: un lugar para divertirse en casa.
Una entrevista en la que da muchos detalles, como las grandes fiestas en las que participaban los mayores. “Mis padres se reunían en el Casino, en el Vergara… pero nosotros íbamos a las casas de los amigos. Eran momentos donde bailábamos con la música, un guateque tal cual, disfrazados, a ver si ligabas algo más… Eran nuestras primeras fiestas de Carnaval”, nos comparte entre sonrisas.
Tras las fiestas privadas, la participación en las públicas cuando el Ayuntamiento empieza a promoverlas a mediados de los 80. “Nosotros, tras nuestros años de juventud, seguimos disfrazándonos entre los amigos, como cuando se empezó a organizar en la calle Estepa. Nos hemos vestido de todo. Desde el año de los Astérix y Obélix, de playeras, los niños en bikini en la puerta del Ayuntamiento…”. “Y el que queremos repetir, de 28 fichas de dominó, que fue el año que la ONCE hizo el anuncio que se caían todas fichas una detrás de otra. ¡Fue inolvidable cuando la gente jugó con nosotros en la calle y nos caíamos en el suelo!”.
Más detalles de lo que debe de ser el Carnaval: ganas de salir a la calle. Pasear con disfraz es algo que le aporta infinidad de anécdotas en tantos años, como les pasará a quienes hemos participado de la misma manera. “Hay una que la recuerdo con él y es de las que más comparto. Es con Antonio Herrera, director de banco que vino en Navidad a Antequera y en febrero era Carnaval, yo iba de ‘Drag Queen’ y cuando lo vi por la calle me acerqué a él, se quedó que no sabía qué hacer. La mujer fue quien me reconoció… y no se lo podían creer. A mí me gusta que se me vea la cara, yo voy caracterizado, y por eso cuando me paro con alguien, me miran y me conocen rápido”.
El pregonero muestra una dosis increíble de antequeranismo y amor a su tierra. “A mí me gusta el Carnaval de disfrazarse y salir, disfrutar con la gente de mi pueblo. Yo no he ido nunca a Cádiz ni a ningún sitio, yo siempre en Antequera. ¡Lo más lejos que he ido es a la Rosaleda a ver al Málaga!”.
Tras la calle Estepa, la Calzada. “Fueron otros grandes años, con todos paseando entre el Churri, la Madriguera y el Manolo… ¡Qué ambiente! Es lo que quizá falta ahora, potenciar un sitio para poder vernos todos y estar para arriba y para abajo, bailando, comiendo, bebiendo, en un espacio como fue la Calzada con la quema del mollete como puede ser ahora el Coso Viejo”.
Como deseo compartimos el del pregonero. “Creo que tiene que partir de la gente lo de salir a la calle. Quizá falta esa generación que tienen hoy de 20 a 30 años, que no ha vivido el Carnaval como nosotros”.
Por tanto, como también expone en una entrevista Macarena Gil, la joven que sigue los pases de su abuela y madre haciendo trajes: toca poner imaginación y salir a la calle a disfrutar del Carnaval.
