so se pregunta la mayoría de los posibles afectados de los residuos nucleares. Y mira por dónde, el consenso está garantizado, nadie quiere sobre el suelo que pisa o le vio nacer los restos del peligro, conscientes de los problemas que acarrea, tanto físicos como medioambientales, ningún partido está de acuerdo con las órdenes de arriba, el tripartito se bambolea y la popular manchega continúa con el morro de circunstancias cuando las cosas no son de su agrado. Y por encima de todo el revuelo, después de las idas y venidas a Francia, del dinero que nos cuesta a los españoles mandar lo sobrante una buena temporada, vuelven a su tierra para la eterna sepultura, como si se tratara de cualquier mortal, sólo que nadie quiere darle cobijo. Aunque la excepción confirma la regla, sí que algún que otro alcalde, de los que dan su voto afirmativo con el pretexto de que en algún lugar deben reposar, y de paso los buenos dineros que conlleva aceptar la mierda. Puede, si no quitar las numerosas trampas que tiene cualquier ayuntamiento de esta España, al menos aliviarlas y tener un margen considerable para aumentarlas en el futuro. Al fin y al cabo, si los efectos negativos se manifiestan tardíamente, puede que ya ni ocupe el cargo, ni se encuentre en el censo de los españoles. Porque eso sí, el gobierno no se equivoca nunca.
Tanto es así, que se atreve a contradecir las previsiones del FMI que piensa y analiza con detenimiento que este año seguiremos en recesión, los únicos, pero siempre nos gusta destacar en algo. Además nos auguran un decrecimiento del 0,6. Pues la ministra dice que no, que ella está segura de que la cosa cambiará, pero tampoco dice si para mejor o peor. Algo debe estar ocurriendo, porque el jefe ha dicho que va a endurecer la política económica; al menos ya le preocupa eso, es un paso para empezar a hacer algo positivo.
