Mucho se está hablando de la necesidad de la formación, celebración y caridad de las hermandades, que se formaron para atender al hermano-cofrade, y con el paso de los siglos, parece como si sólo se hayan quedado para organizar procesiones.
Como estamos seguros de que eso no es así, varios temas se han puesto sobre la mesa, en los que las cofradías deben de tomar partido esta Semana Mayor, y demostrarlo.
Para empezar, respaldar la petición del propio Obispo de Málaga, monseñor Catalá, ante la campaña de Cáritas de este Jueves Santo, donde reclama más solidaridad, ante la necesidad.
Así como no olvidar casos como el de Alberto Zoilo o el reciente de Isabel, con los que se debería de llevar a organizar algún acto benéfico.
Luego, el tema de la defensa de la vida y el rechazo a la «manifestación laica» del Jueves Santo en Madrid, deben ser dos temas que ni se tienen que dudar. Reacción contundente, si es que somos cristianos, y no «semanasanteros».
Al caso viene el esfuerzo de sacerdotes, monjas y parroquias, de adelantar los horarios del Triduo Pascual, para poder participar y… luego, llevar la procesión. El cofrade debe ser ejemplo todo el año, no sólo un día, en una procesión.
Así que, cuando se dé el «arriba», los cofrades deben hacer un examen de conciencia, si siguen cumpliendo lo que sus antepasados impulsaron, que falta nos hace. Y como escuché el otro día en un triduo, cada uno tiene que estar preparado para cuando le venga su cruz. Ojalá nos sirva para estos días.