La Cofradía de Los Dolores salió y no dejó a Antequera sin su Jueves Santo, aunque tuvieron que cambiar su recorrido, sacrificando el «encuentro» con el Consuelo, para regresar antes de las 12 de la noche, hora prevista del fin de la tregua de la lluvia.
Los Servitas fueron los primeros que tomaron la decisión y adelantaron su salida a las 20 horas, acortando por calle Lucena y esperarían a hacer las vegas, según estuviera la calzada a su término, según nos comunicó la directiva a nuestro periódico.
A las 20,39 horas, los tres tronos de los Dolores ya estaban en la calle Belén. Protección Civil les ha garantizado una tregua de agua entre las 20 y 24 horas, por lo que han decidido salir a la calle. Impresionante la estación de penitencia en la Iglesia Mayor, la de San Sebastián, siendo las imágenes recibidas por el párroco padre Antonio Ramos.
Así que al llegar a San Agustín (a las 21,20 horas), han sido los primeros en bajar por calle Lucena, suprimiendo Infante don Fernando (por donde iba el Consuelo) y Cantareros. Al llegar a la Cruz Blanca (22,30 horas), el barrio de San Pedro se ha volcado a la calle como nunca se recuerda al paso de los Servitas.
Y si faltaba poco para ser singular este Jueves Santo, los Servitas han llegado a Santiago y… han «corrido» las vegas por los Cerretes, comenzando a bajar en su peculiar paso acompasado a las 23 horas, hora en la que el Consuelo estaba ya en la Cruz Blanca.
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La Cofradía de Servitas de María Santísima de los Dolores concluyó brillantemente un Jueves Santo atípico por el tiempo y los horarios; estos matices hicieron que directivos, cofrades y devotos disfrutaran de una procesión diferente pero cargada de sentimiento y emoción.
El paso por calle San Pedro fue de los que más gente arrastró en los últimos años, llegando a una abarrotada cuesta de Archidona en la que la gente «pedía» se corrieran las Vegas. La Junta Directiva y los Hermanos Mayores de Insignia se reunieron durante el paso por San Pedro obteniendo un claro y rotundo «sí» por parte de los hermanacos de los tres tronos, comprobando además que el pavimento de la cuesta de Archidona se había secado respecto a las lluvias de la tarde.
Dicho y hecho, el paso de Jesús Atado a la Columna comenzó su particular vega a las 11 de la noche, seguido inmediatamente por el Cristo del Consuelo y la Virgen de los Dolores. Rápida bajada de regreso ante una cada vez más preocupante amenaza de lluvia, que comenzó a hacer acto de presencia cuando el trono del Cristo Columna estaba ya en el suelo de la calle Belén esperando a que fueran quitadas sus andas exteriores. Los nervios, lógicos, comenzaron a apoderarse del ambiente que rodeaba Belén, así como los paragüas comenzaron a hacer acto de presencia. A las 23,30 horas el trono dirigido por Juan Manuel González entraba definitivamente en su templo, seguido lo más rápido posible por el Cristo Caído y la Virgen de los Dolores, trono este último que fuera el que más sufrió la lluvia durante su encierro.
Una vez dentro de la iglesia, la emoción se apoderó cuando los devotos de la «Lola» rompieron a gritos exaltándola con unos «guapa, guapa y guapa». Por último, un joven quiso dedicarle una saeta que arrancó los aplausos finales de devotos, cofrades y directivos en un Jueves Santo, el de 2011, que finalizaba como empezó: con emoción y sentimiento cofrade.
