Rafael Tejada indulta un novillo de Manuel Blázquez en Antequera Tejada, Miguel Giménez y el ganadero a hombros por la puerta grande.
La Empresa Dorado, mantiene año a año sus éxitos en la Plaza de Toros de Antequera, donde no ha habido ni un festejo, desde que debutó en 1998, en que no se haya abierto la puerta grande y eso, que habla del acierto en la composiciòn de los carteles, va acompañado del hecho de que el de hoy ha sido el cuarto toro –hoy, novillo– indultado, señal de que también acierto con las ganaderías.
Se lidiaron seis novillos del ganadero antequerano Manuel Blázquez y Rein, cuyo ganado pasta en una finca al pie de la Sierra del Torcal, indultado el quinto, pedida la vuelta al ruedo para primero y cuarto y todos aplaudidos en el arrastre, componiendo un encierro parejo, bien presentado, bravo y noble, por Miguel Giménez (oreja y oreja), Rafael Tejada (silencio y dos orejas y rabo simbólicos) y Martín Campanario, aplaudido en su lote. Un tercio de plaza. Preside la teniente de alcalde Carmen Pena, primera vez que una mujer preside una corrida en el coso antequerano, asistida en lo veterinario por Fernando Espejo y por el aficionado Cristóbal Granados. Al final de la corrida, salieron a hombros Tejada, Giménez y Manuel Blázquez, el ganadero.Tarde de debuts en el coso antequerano: primera vez que preside una mujer, debut del ganadero antequerano Manuel Blázquez Guerrero y Rein y primer novillo indultado en la Plaza inaugurada en 1848, en la que indultaron toros Curro Rivera, Jesulín, Finito de Córdoba y El Cid, pero nunca un novillo, y es que le encierro que mandó el debutante Manuel Blázquez ha sido excepcional, con todos los toros aplaudidos en el arrastre, además del indultado. Se ha lucido el ganadero local, y demuestra que va por buen camino.
MIGUEL GIMENEZ, ha demostrado ser un torero que llama a las puertas del éxito como hay que hacerlo, demostrando saber manejar el capote con arte y lentitud, variedad y buen gusto y con la muleta, artista, manejando las dos manos cumpliendo la norma básica del toreo, parar, mandar y templar, adornándose en cada pase, rematando cada tanda con bellos adornos y pinturería, y siendo un cañón con la espada en el primero y en el segundo, al que había recibido de rodillas, para instrumentarle una preciosa tanda de verónicas rematada con una revolera, y que brindó al director de “El Sol de Antequera”, con media y descabello. En ambos cortó una oreja y se le pidió la segunda con fuerza. Hay torero de arte a la vista, como corresponde al un torero que tiene el privilegio de ser apoderado por Leonardo Muñoz, padre del torero Emilio Muñoz.
RAFAEL TEJADA, que no gustó en el primero, a pesar de tocarle un buen novillo, siendo silenciada su labor, se lució en el segundo, un novillo sensacional, con el que manejó muy bien el capote, pero al que hizo una faena de capa espectacular, prodigio de lentitud y buen gusto. El novillo no se cansaba de embestir, metiendo la cabeza, el reloj parecía haberse parado, y el público pidió y obtuvo el indulto, dando la vuelta al ruedo el espada con dos orejas y rabo simbólicos, acompañado del feliz ganadero, que lloraba besando la arena del coso antequerano,
MARTIN CAMPANARIO, que se encontró con otro buen lote, demostró estar menoz placeado, derrochó voluntad, pero le faltó continuidad para ligar los pases, tranquilidad a la hora de “ver” los pases, y encima estuvo lento con la espada escuchando un aviso, y siendo aplaudido por su voluntad.Al final de la corrida los triunfadores y el ganadero salieron por la puerta grande. AG,
