Justo al comenzar el pasado viernes día 4, se abría la Campaña Electoral para el 20-N, en el que, con la renovación del Congreso de los Diputados, España, los españoles, nos jugamos mucho más de lo que algunos piensan.
Los candidatos han recorrido España, con especial interés por Andalucía que se considera clave por los dos grupos «mayoritarios», y Cataluña, donde se busca el voto para los grandes partidos, tratando de evitar la «sangría» que la necesidad de contar con los «nacionalistas» impone a cambio de sus votos. Y en ese recorrido, se escuchan tanto el ataque a «los otros», como el anuncio de sus planes para sacar a España del momento que vive. Ni es la primera vez, ni será la última en que esto suceda.
¿Qué es lo que interesa a España, qué es lo que más debería preocuparnos? Pues no dejarse llevar por forofismos, sino pensar con lógica y actuar con sentido. Tener frialdad y capacidad, para saber entresacar de la mucha paja que se nos vino encima, el grano, que es lo que interesa. Analizar con cuidado y despacio los programas; pensar si quienes los anuncian están capacitados o no para llevarlos a cabo, si tiene medios y, sobre todo, futuros ministros que los ejecuten, y que éstos sean personas formadas, capacitadas, con currículos de expertos en sus materias a dirigir, más que destacados afiliados a los grupos. Que no se dé el caso de que, por ejemplo por citar uno, el ministro de Sanidad no sea Médico; o el del Ejército o Defensa, no sea Militar; o el de Justicia, Juez o destacado jurista, o el de Agricultura experto en materia del Campo. En una palabra, que impere la lógica en la creación del Gobierno que nos proponen los candidatos a presidirlos.
Imprescindible también, estudiar la capacitación de las candidaturas para sacarnos del abismo espantoso de parados, déficit, números en rojo, economías familiares, prestigio exterior, recortes en materias como la Sanidad –habría para escribir largo y tendido, de la Sanidad–, o los Servicios Sociales. Para ello, un método adecuado sería haber oído lo que todos nos prometieron, que será lo mejor, sin duda, y que lo harán convencidos de que pueden lograrlo, pero analizando cómo lo harán, con qué medios cuentan, y cuánto nos costará a los españoles.
Es una palabra, no dejarnos cegar por los pasquines, anuncios fastuosos, marchas pegadizas, visitas de grandísimos políticos a los que a penas les hemos visto el pelo por muchos sitios, sino recapacitar llegando incluso a dar nuestro voto a alguien con quien hasta podríamos no simpatizar pero sabemos que está capacitado para hacer realidad eso que todo queremos. Lo demás, es tirar piedras contra nuestro propio tejado. España se juega mucho y por eso la Elecciones del mañana día 20 son vitales, cruciales, definitivas, con Europa, sobre todo Alemania y Francia, que se han convertido en los vigilantes de todo la Comunidad Europea actual, como acaban de demostrar con Grecia, con la que se mostraron implacables. ¡Ojo, pues, a lo que hagamos!
