Y es que, comprendemos es imposible. ¿Cómo premiar a todos los antequeranos que se lo merecen? Por eso, que nadie se dé por ofendido, por ignorada su labor o por no valorada como se merece. Que cada cual se vea en cualquiera de los distinguidos el pasado 28F, que para eso, con el mejor criterio, se han hecho una especie de «categorías», dentro de las cuales se incluyó a todos los distinguidos. Médicos, amas de casa, extraordinarios arqueólogos, trabajadores de los de a pie, deportistas, maestros que superan su profesión y se entregan a Antequera y a sus cosas en lo que es un ejemplo para los demás, más esas distinciones especiales a Cáritas y a la Policía Local, con un generoso «detalle» al Diario Sur en las Bodas de Diamante del apreciado «colega». Ellos fueron los que recogieron los aplausos y las distinciones, los elogios y las justificaciones del por qué de tales honores, pero insistimos que ojalá se vean reflejados en ellos tantos otros médicos, amas de casa, trabajadores, deportistas, profesores, estudiosos, investigadores que, cada cual en su parcela, hacen grande, día a día, nuestra Ciudad. Es un símbolo perfecto que el Ayuntamiento que la representa se acuerde de esas labores, unas muy conocidas, otras calladas, hechas en el silencio de la modestia.
Quedan años por delante para que la ya larga lista de personas y entidades distinguidas desde hace tanto tiempo por el Ayuntamiento, se vaya ampliando. Por eso, los premios de este año, a las labores realizadas por cada cual, al mérito de su quehacer diario, debe servir tanto de reconocimiento para ellos, como de ánimo para que perseveren en su labor, y de ejemplo para todos los demás antequeranos que tenemos en ellos el espejo donde mirarnos. Así lo dijo el alcalde, en lo que eran palabras de felicitación a todos los distinguidos, pero también de ánimo para todos los antequeranos. A todos nos necesita Antequera que por encima de ayudas, subvenciones y planes, lo primero que tiene que contar es con nosotros, con los antequeranos.
Ese acto, solemne y sencillo, fue de lo más destacado el 28F, más austero que otros años quizás, porque no está la cosa para dispendios, pero igual de emotivo, igual de solemne. ¡Ojalá que haya servido para animarnos a los andaluces en los duros momentos que atravesamos, a unirnos de verdad, a dejarnos de disputas vacías, a fijarnos como meta común hacer algo cada día que engrandezca a Antequera, que será la forma de ayudar a hacer lo mismo con Andalucía y con España! Un grano no hace granero, pero ayuda, dice el viejo refrán que debería servirnos a todos de norte de ejemplo, de guía en unos días propios para ello, en una fecha en la que tuvimos el lujo de que un antequerano de pro, Juan Lebrón, asombrara a Andalucía con sus imágenes espectaculares de nuestra espectacular tierra, en una especie de «broche de oro» a una jornada, que incluyó en la mejor hora de la televisión la emisión de un documental que nos ayudaba a comprender lo bella que es nuestra tierra, lo variada, lo completa, lo grande… por Sí, por España y por la Humanidad.
