La Ley 18/1987, de 7 de octubre de 1987, en su artículo único, proclama: “Se declara Fiesta Nacional de España, a todos los efectos, el día 12 de octubre”, y en la exposición de motivos se explica “que la fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos con el Descubrimiento de América”.
Esta Fiesta tuvo otros nombres, como el de “Fiesta de la Raza” (1915), “Día de la Hispanidad (comienzos del siglo XX), llamando la atención el hecho de que en 1917, Argentina tomó la iniciativa y estableció por Decreto la celebración del 12 de octubre, «en homenaje a España, progenitora de naciones, a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y la armonía de su lengua, una herencia inmortal».
Sería la prensa argentina la que nombró el 12 de octubre como “Día de la Raza”, siendo Alfonso XIII quien emitió un real decreto autorizando al presidente a presentar un proyecto de ley declarando al 12 de octubre como fiesta nacional «con la denominación de Fiesta de la Raza», ley que fue aprobada el 15 de junio de 1918. Como decimos al principio, el nombre actual es el de Fiesta Nacional de España.
Por la “vista gorda”, la falta de decisión o el consentimiento de los últimos gobiernos, hay Autonomías que no celebran esta Fiesta, olvidando los primeros Artículos de la Constitución, mientras que en el tradicional Desfile de este Día, hay presidentes autonómicos que rehúsan asistir al acto que preside S. M. El Rey, ausente este año por su reciente operación. Y llega la Fiesta Nacional de España, que coincide con la de la Patrona de la Hispanidad y de la Guardia Civil, en medio de ataques abiertos a la unidad nacional, a los deseos de independizarse de alguna región y, refiriéndonos a la Virgen del Pilar, con la colocación de un artefacto en la Basílica de su nombre, en Zaragoza, condenado por todo el mundo, o casi.
Corren malos tiempos pues, para temas intocables hasta hace nada, pues cada país tiene su Fiesta Nacional que celebran por todo lo alto –el 4 de julio en Estados Unidos, el 14 de julio en Francia, por citar algunas de las más conocidas— como la tiene España, en una fecha que critican algunos especialistas en creerse ellos mismos sus mentiras y traiciones, ante lo que el resto de los españoles deberíamos reaccionar y dejar de estar callados, pues esa aparente indiferencia es tomada por los traidores a la unidad de España, como una aquiescencia o conformidad a sus locos deseos.
Día en que los españoles de ley, tendríamos que unirnos a las celebraciones de Madrid y a las de Zaragoza, en torno a la Virgen del Pilar, a ver si ilumina a algunos que andan a oscuras por completo.
