El futuro está creciendo en los centros educativos. Por ello es importante lo que aprenden y observan en la edad que crecen. Este lunes 30, con motivo del Día de la Paz, los alumnos del Colegio Nuestra Señora de la Victoria de Antequera contaron con el testimonio de Oksana y Gema sobre cómo se vive en Ucrania la invasión rusa.
Rodeados de ese halo de estar en uno de sus patios, con sus jóvenes estudiantes asomados en los balcones y la inventiva del profesorado de sacar lo máximo de un día que empieza en cada clase y hogar. Porque la Paz se consigue viviendo en ella y con ella desde que se hace hasta que se tiene la responsabilidad en nuestra sociedad.
Eran las 12 del mediodía y en orden, cada clase desde Primero de Infantil hasta Cuarto de ESO, iban formando un cuadrado mágico en uno de los patios del Colegio Nuestra Señora de la Victoria.
Con motivo del Día de la Paz, el centro promovía el acto de la entrega de los Premios “Victoria de la Paz”, iniciativa dentro del programa Escuela Espacio de Paz, de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional. A lo largo del curso, van realizando diferentes acciones “en las que intentamos hacer de nuestra escuela, un ‘Espacio de Paz’, entendido en el sentido amplio de la palabra, es decir, un espacio que englobe situaciones reales, escenarios de la vida donde hagamos crecer la paz mediante el diálogo y la mediación. Por otra parte, queremos empoderar al alumnado para que ellos sean partícipes y promotores de la Paz”, destaca su directora la hermana Carmen María Gómez.
Ante un mundo donde lo negativo prevalece sobre lo positivo, cada clase ha investigado este curso sobre personas portadoras de paz, entregándoles el reconocimiento a quien los alumnos designan merecedor del galardón “Victoria de la Paz”.
Así, se profundiza en la familia, trabajado por los alumnos más pequeños; en el colegio, por los de Tercero y Cuarto de Primaria; en el entorno más cercano, en Antequera, por los alumnos de Quinto y Sexto de Primaria y en el ámbito de las redes sociales, por los de Secundaria.
Tras el proceso, los premios de este año han sido para todas las familias del colegio; a Emma Hurtado Rodríguez, alumna de Tercero de Primaria; a la Plataforma Antequera Solidaria, representada en Juanjo Romero, al ‘youtuber’ Mr. Beast y a todas las familias de Ucrania, representadas en Gema y en Oksana.
“Nosotros hemos querido implicarnos con gestos pequeños que los alumnos han dejado por escrito en palomas que ellos mismos han depositado junto a la bandera de Ucrania, así como la aportación de medicamentos que irán destinados como ayuda a las familias ucranianas”, sigue la directora.
Este acto demuestra al mundo que “la paz es posible y que está en mano de todos y cada uno de nosotros. Con nuestras pequeñas acciones y un poco de esfuerzo, podemos cambiar el mundo. Como siempre y un año más”, porque la Paz siempre vence.
Los alumnos como hilo conductor
De esta forma, fueron saliendo al centro del patio, alumnos de diferentes clases, donde subrayaron que “la Paz comienza en casa, ayudando, no peleándonos con los hermanos”. Por muy complicado que sea, se puede conseguir con tres palabras mágicas: “gracias, por favor y perdón”.
Así, “haciendo caso a los padres, jugando sin pelearnos con nuestros hermanos, haciendo lo mismo en clase con nuestros amigos, empezamos a sembrar paz en el colegio”.
Invitaron al primer invitado, Juanjo Romero, de la Plataforma Antequera Solidaria, quien compartió el deseo que ojalá no se hubiera organizado su colectivo y que confía en un día que no hagan falta. Pero mientras, están ahí para dar alimento al que le haga falta, ayudar a los Reyes Magos en su reparto de juguetes o de material escolar a las familias necesitadas.
El testimonio de familias de Ucrania
Para cerrar el acto, dos mujeres fueron llamadas para dar su visión y sentimientos sobre lo que pasa en Ucrania. Son Oksana y Gema, ucraniana y española casada con un ucraniano, quienes dieron su testimonio y recogieron material sanitario para Maydan, colectivo malagueño de ayuda al pueblo ucraniano.
Conversaron con los alumnos que les preguntaron cómo es vivir en Ucrania tras la invasión rusa. Oksana vino a España después que su marido llegó en 2006 por trabajo. Gema conoció al suyo al venir él desde Ucrania en 2001 también por motivos laborales. A ambas parejas les pilló aquí el inicio de la guerra y fueron primero en labores humanitarias a rescatar a refugiados en la frontera y más tarde a por sus padres a quienes les tocó sufrir la guerra. “Todos los días nos dicen que quieren volver, porque aquello es su tierra, es su vida, y quieren regresar”.
Agradecidas por el gesto del colegio, lo hacen extensivo a todas las personas que no paran de ayudarles. “Al final la gente es más rápida, aunque tienen menos medios. Las administraciones son más lentas en mandar ayudas”. Explicaron que comenzó porque “los rusos quieren el territorio por su riqueza y no les importan los ucranianos”. Comparten que “la población rusa cree que están haciendo lo correcto porque van a salvar a los ucranianos de los opresores. En Rusia se vive con mucha propaganda y no son conscientes que los opresores son ellos”.
Esperan que “intervenga EE UU con Europa porque Ucrania quiere ser parte de Europa” y de ahí uno de los motivos del surgimiento del conflicto. “Nos preocupan los niños, huérfanos y en silencio, no tienen fuerza ni para poder volver a hablar”.
Agradecen el gesto del colegio y confían en que llegue el fin porque “Rusia nos está quitando nuestra tierra, nuestra vida”. Durante la intervención, Gema tuvo que ayudar a Oksana, emocionada una y otra vez al compartir lo que padecen y su terror de no saber cómo quedará su país y cuántas personas morirán por otra guerra sin sentido. Fue una gran lección de realidad la vivida en el colegio.