viernes 29 marzo 2024
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‘Los voluntarios son el alma del Comedor Social de Antequera’

El año 2021 que estamos cerca de concluir “ha sido muy difícil” para el Comedor Social de Antequera. “Ya 2020 fue complicado y difícil, pero este 2021 sigue prácticamente con la misma línea, con más necesidades si cabe, con problemas más difíciles de poder solucionar, y con algunos inconvenientes que aparecen de forma inesperada”, explica su directora Rosi Trillo, quien advierte que “vamos a terminar un año complicado”.

 

El ejercicio comenzaba con una ampliación de sus dependencias con un local anexo de 600 metros cuadrados donde se ha instalado el almacén, las cámaras frigoríficas y una nueva cámara de congelación. Este local dispone de suficiente espacio donde desarrollar futuros proyectos sociales que tienen previsto poder alcanzar a lo largo del próximo año 2022.

Este centro está gestionado por la Asociación Casas de Asís, “nacida hace tres años y medio a raíz del antiguo comedor de Emaús que existía y que mucha gente conocía”. Cuando Emaús decidió abandonar Antequera, “los voluntarios quisieron continuar con la labor que se estaba realizando y crear una nueva asociación que, además del comedor, añadía el reparto de alimentos y otros muchos proyectos que poco a poco queremos ir desarrollando”

Gracias a ellos, a todas esas personas que pasan y han pasado por la asociación durante estos años y a todas las empresas que se han volcado con el proyecto, se podía seguir atendiendo a las necesidades básicas más esenciales de muchas familias y así contribuir en la construcción de una sociedad más justa con el objetivo de dar respuesta a las dificultades de las personas de nuestro entorno que más la necesitan.  

Nunca ha sido sencilla la función, pero algunas veces “dan ganas de tirar la toalla y decir que hasta aquí hemos llegado”. Después piensa que “si estamos aquí es porque queremos, nadie nos obliga”. “Esto no es un trabajo que tengas que hacer te guste o no, porque es tu trabajo. Esto se hace porque te gusta mucho o porque es una vocación como es mi caso, y siempre pienso que si estamos es porque el Señor nos ha puesto esto en nuestro camino y por eso tenemos que seguir adelante”.

Eso les hace “levantarse cada día con ganas para intentar llevar esto hasta donde Dios quiera que lo llevemos, y eso te anima para continuar con la esperanza de que va a llegar esa ayuda que necesitamos”. Así, reconoce que “tenemos la suerte de que vamos encontrando la luz que el día anterior no veías”.

Siempre sin mirar atrás, prosiguen ese objetivo con un doble compromiso con sus usuarios que necesitan de ayuda, y de los socios y colaboradores que les prestan su confianza. “Tenemos la oportunidad de poder ayudar, y eso tenemos que aprovecharlo al máximo sin ser egoístas y quedarnos con lo fácil, sino seguir avanzando con unas instalaciones más grandes y con voluntarios mejor formados para poder atender a todas las familias. Lo fácil sería abrir, cocinar y empaquetar, pero hay que ir un poquito más allá incluso cuando no esté al alcance de nuestras posibilidades, que es lo difícil”, indica con rotundidad.

“Hay que seguir trabajando en lo que vale la pena y en lo que creemos que podemos llegar. Difícil  es, pero tenemos que hacerlo”, sobre todo porque “los usuarios son lo primero siempre, y además porque los voluntarios son el alma de nuestro comedor”. “Creo que la fe es lo que nos mueve, porque no encuentro otra explicación para conseguir cada día sacar adelante este trabajo tan duro”, añade.

No quiere olvidarse Trillo de “dar las gracias a todas las empresas que nos ayudan, algunas diariamente desde hace ya ocho años, otras una vez a la semana u otras de forma puntual”. “Son muchas, que se unen a otras entidades y a la administración como el Ayuntamiento de Antequera que nos ayuda y nos apoya todos los años y en particular cada vez que los necesitamos”.

Valora como “fantástico el trabajo que realizan los Servicios Sociales”, personalizándolo en el concejal Alberto Arana o en el alcalde Manuel Barón, “a quien tengo que agradecer que cuando se ha podido siempre ha cumplido con sus compromisos”.  Por su parte, realizan un seguimiento diario y personalizado para detectar las necesidades que pueden surgir en los usuarios de sus programas con el objetivo de que puedan encauzar su situación buscando la solución que pueda contribuir a que puedan prescindir lo antes posible de esta ayuda.

También cuentan “con el apoyo siempre incondicional de la Junta de Andalucía, que sin ellos también sería imposible, ya que si los alimentos son importantes, el dinero también lo es para poder seguir adelante”; así como con la Diputación de Málaga.

“Afortunadamente, alimentos tenemos muchos porque nos movemos mucho y porque no paramos de llamar a puertas que nos dicen que sí”, explica para añadir que “no solo nos quedamos en eso, sino que hay que pagar un alquiler, agua, luz, butano, seguros, furgoneta… y muchas veces tenemos que esperar a que lleguen esas subvenciones, y un mes de retraso para nosotros es un mundo”.

 

 

Dieciocho voluntarios y dos trabajadores

Aunque cuente con una estructura profesional, el Comedor Social de Antequera no tiene ningún tipo de ánimo de lucro. “No somos una empresa, aunque trabajamos como si lo fuéramos porque tenemos los mismos requisitos que una gran empresa, pero esto es una ONG y no nos lucramos”. “Actualmente, tiramos de los dieciocho voluntarios con los que contamos, además de dos personas contratadas y dadas de alta”, explica para añadir que “ojalá pudiéramos tener a más personas contratadas, pero actualmente económicamente es imposible, porque eso nos permitiría ampliar los diferentes servicios que ofrecemos”.

La asociación está organizada en distintos departamentos, distribuidos a su vez por equipos que desarrollan su labor concreta en la dirección, intervención social, cocina, transporte, almacén, reparto o comunicación y captación de recursos; trabajando todos por esas personas desfavorecidas que, por diferentes situaciones, se encuentran en riesgo de exclusión y con dificultades para acceder a las necesidades básicas diarias. Entre las causas que llevan a precisar de esta ayuda se encuentra la falta de empleo, pertenecer al colectivo sin hogar, o personas mayores sin una red de apoyo familiar. 

Para todos ellos, “abrimos todos los días de lunes a sábado, y a las ocho de la mañana ya estamos repartiendo; por lo que necesitamos un personal muy comprometido para estar desde esa hora y hasta las tres, pero claro, los voluntarios son fantásticos pero si un día no pueden venir no vienen, por lo que es difícil sacar todo el trabajo que tenemos solo con la labor de estos  voluntarios”

Con respecto al volumen de usuarios que atienden desde el Comedor Social, su directora reconoce que “son muchas, aunque hablar de cifras es algo que me da susto. No me gusta hablar mucho de cifras, porque dan miedo. En 2021, en el mes de agosto, las estadísticas ya hablaban de que se habían atendido a 4.400 personas, que son muchas personas; y en familias atendemos directamente a más de 200. Yo quisiera que no hubiera ninguna”.

Dando un paso al frente, de cara a 2022 se plantean nuevos retos. “Estamos constantemente pensando qué más podemos hacer, y si lo vemos viable tiramos hacia adelante”“El estar a diario en el comedor te hace darte cuenta de muchas cosas, de detectar muchas necesidades”, dice. En este sentido, han llegado a la conclusión de que “no solamente hay que dar alimentos, sino que la gente también necesita que se les escuche, que tengas tiempo para sentarte con ellos a charlar un rato”, por eso, han habilitado las tardes de los lunes y los miércoles de forma exclusiva para esta labor.

También tienen en mente “un proyecto de inserción laboral, porque la idea es que las cifras de usuarios bajen porque las personas estén trabajando”. Para ello, han solicitado una subvención que en caso de ser concedida les permitirá contar con un educador social y un facultativo para que lo lleve a cabo. “Todo esto nos viene también de la mano de la Red Andaluza de Comedores Sociales, que se ha creado este año y en la que estamos también. Algunas otras asociaciones ya tienen experiencias previas con muy buenos resultados que nos gustaría poder traer a Antequera”, asegura Rosi Trillo.

El reparto de alimentos a la Comarca, otro de los frentes abiertos para el próximo ejercicio, “surge porque nuestra furgoneta está muy mal y necesitamos una nueva en condiciones”. De hecho, actualmente está estropeada y se encuentran a la espera de poder repararla. Se pidió una subvención a Diputación “que esperamos tener pronto, y pensamos que sería un poco egoísta quedarnos solamente en la ciudad de Antequera pudiendo llegar a otros municipios donde también se nos está solicitando la ayuda”. Para llevar a cabo la actuación es fundamental contar con un vehículo isotérmico para dar cobertura a las necesidades básicas alimentarias a través de los Servicios Sociales de los  diferentes ayuntamientos con los que se establezcan los oportunos convenios; siempre bajo la valoración del trabajador social de los mismos y en coordinación con la de la propia asociación.

Así, apuestan por fomentar la entrega de alimentos para quien pueda elaborarlos en su casa, y hacer llegar a más personas las comidas que cada día salen de sus cocinas: “Con esta fórmula nos hemos dado cuenta que ha bajado un poco la demanda de esta comida elaborada, y que si seguimos llenando la olla como hasta ahora, podremos seguir a otros pueblos”, aunque para eso también será necesario contar con otra persona contratada para hacer el reparto que esperan iniciar a comienzos del próximo año.

El acondicionamiento de su nave para almacén paletizado con el que mejorar el aprovechamiento; así como la creación de un espacio para oficinas en la que desarrollar los futuros proyectos y las labores administrativas son otras de las ambiciones que no esconden desde Casas de Asís. Igualmente, quieren habilitar un espacio para que los usuarios no tengan que esperar en la calle y pueda realizarse la recogida de un modo más discreto.

En lo que respecta a las subvenciones, es importante reseñar que a las aportaciones públicas siempre hay que unir un tanto por ciento que debe poner de sus fondos propios la asociación, por lo que es necesario contar con más socios y voluntarios: “Junto a estas donaciones, también ha sido siempre muy importante los diferentes eventos en los que hemos participado para recaudar,  lo que en estos dos últimos años ha sido un gran problema al no poder hacer nada por la pandemia”

Ante la imposibilidad de realizar durante todos estos meses actividades para recoger fondos con los que cubrir los gastos de mantenimiento, han propuesto también una campaña para crear un Menú Solidario, solicitándose a los ciudadanos en general una aportación de 5 euros que se puede realizar tanto a través de una transferencia bancario, como cómodamente a través de Bizum en el código 33455.

De cara a las próximas semanas esperan participar en diferentes eventos como la Navidad Solidaria que prepara la Cofradía de los Dolores para el 11 de diciembre en el patio de la iglesia de Belén, donde prepararán chocolate y churros, o un concierto el día 18 de este mismo mes en la iglesia de San Zoilo.

 

Una campaña solidaria por una Navidad digna para todos los ciudadanos

En esta recta final del año, el Comedor Social de Antequera ha promovido diferentes actividades de concienciación, solicitando la colaboración de los colegios y los ciudadanos en general. Este ha sido el caso de un Concurso de Dibujo Infantil siguiendo los objetivos de desarrollo sostenible impulsados desde la ONU. “La mayoría de los colegios están colaborando, aunque aún no se han recogido los dibujos relacionados con unos objetivos que deberían ser comunes a todas las personas”. Este es el caso del fin de la pobreza, el hambre cero, garantizar la vida sana y promover el bienestar, la igualdad de género y la reducción de las desigualdades. 

Este concurso se divide en las diferentes etapas educativas con sus diferentes ciclos de Primaria, Secundaria, Bachiller, Formación Profesional de Grado Medio y Grado Superior, e incluso la Escuela Universitaria de Magisterio. Los dibujos ganadores quedarán impresos en los calendarios oficiales de la asociación, para su difusión y venta a favor de sus fines benéficos.

También en estos días desarrollan su Campaña de Recogida de Alimentos, “que también se está haciendo en todos los colegios, y a cada uno de ellos le hemos solicitado un producto determinado para no duplicar y que se recoja lo que realmente va siendo más necesario”. Aceite, azúcar, cacao, café, embutidos, leche, mantecados, potitos, turrones, zumos pequeños, productos de higiene o productos de limpieza son algunas de las peticiones realizadas. 

“A nivel de empresas, están haciendo un sobreesfuerzo para que podamos preparar a todas las familias una pequeña cesta de Navidad que les sirva de complemento a lo que llevan cada semana”, comenta Rosi Trillo. Ya el año pasado colaboraba con ellos “y fue un éxito”, el AMPA del Colegio María Inmaculada, “que preparó sus cestas para todas nuestras familias, y en ello estamos este año intentando organizarnos de nuevo”.

Aunque sabemos que hay necesidad durante todo el año, estas fiestas coinciden con un periodo en el que los gastos se multiplican por el consumo energético, “que también se nota mucho”. “Todo está subiendo, no solo la energía, sino también los alimentos como podemos comprobar cada vez que vamos al supermercado”, y esto lo notan más quien menos tiene. “Es verdad que hay que comer durante todo el año, pero afortunadamente en Navidad nos volvemos todos un poco más solidarios y en nuestro caso siempre queremos guardar un poquito para tirar unos meses en adelante”.

“Todos tenemos derecho a sentarnos esa Nochebuena con nuestra mesa un poco más completa de los habitual, y para muchas de esas familias comer un poquito de jamón o de queso es un súper lujo”, reconoce. “Vamos a intentar que lo tengan, y yo creo que sí lo vamos a conseguir porque Antequera es muy solidaria y hay gente muy muy buena que ayuda mucho”. Una buena forma de colaborar es haciéndose voluntario, para lo que la directora anima a “acudir cualquier día desde las ocho de la mañana para conocernos y ver la labor que realizamos”.

Estas funciones van desde el reparto de alimentos a primera hora, para continuar con la preparación de las comidas, el reparto de las comidas en el comedor y posteriormente a domicilio; además de labores de limpieza, atención de usuarios y mediación, o administración. “Tenemos nuevos proyectos y necesitamos ayuda”, indican desde el comedor.

Antes de concluir esta conversación, Rosi Trillo quiere “dar las gracias, primero a Dios y después a Dios, porque es Él el que mueve los hilos cada día para que esto siga adelante, a pesar de que es muy difícil”.

 

 
 
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