martes 15 abril 2025
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Cristina Tovarias Fernández, la joven que tiñe de “Esperanza” el Verde de su Cristo

Cristina Tovarias Fernández nació en Antequera el 2 de enero de 2007, tiene 18 años. Hija de Purificación Fernández Campos y Pedro Tovaria Durán. Nieta de la recordada Purificación Campos Alcalá, la mujer que nació para ser Regidora y camarera del Cristo Verde.

Estudia Segundo de Bachillerato en el Pedro Espinosa y es cofrade de Los Estudiantes. El año pasado le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin y actualmente “estoy esperando a que me repitan el PET TAC y que me den los resultados para ver si me dan el alta y paso a revisiones”, nos explica.

Hay familias que tienen en sus genes sentimientos y devociones y en los de la joven Cristina, están claros: el verde de su Cristo, el de su madre, el de sus abuelos, el de la cofradía de la bendita banda verde. Empezamos la entrevista preguntándole por su primer recuerdo con su Cristo. “Un sábado arreglando el monte del Cristo Verde con mi abuela”. ¿Y del Lunes Santo? “Empecé con 3 años de monaguilla en el Cristo Verde, el único que había por aquel entonces. Luego ya se fue sumando la famosa guardería que tenemos ahora, que, como decimos, hay más niños que en otras cofradías”. Más recientemente, “fui dos años dalmática y el año pasado iba a ser celadora… y este año, si Dios quiere, lo seré”. Pertenece al Grupo Joven y al grupo musical “Tibi Credo”.

Tiene 18 años y es ya ejemplo de joven, de creyente y cofrade, y eso que parece que la juventud pasa de todo esto. “Creo que aquí en Antequera, ahora mismo, tenemos un buen grupo de jóvenes creyentes con una fe muy activa. A los jóvenes hay que darles mucho más protagonismo porque son el futuro de las cofradías”. Una época en la que hay distanciamientos por la edad que luego se recupera o no. ¿Hay respeto entre vosotros entre los que creen y los que no? “Yo respeto tanto a la gente que cree como a la gente que no cree y la gente que no cree, siempre me respeta y si no me respeta, pues yo ahí no puedo hacer nada. Es verdad que la situación de cada persona, pues por desgracia aleja o por suerte, te acerca más al Señor”.

Nieta, hija y sobrina de camareras del Señor Verde
¿Cómo va la relación con las tres camareras del Cristo Verde? ¡Porque era tan grande la que tuvo, su abuela, que tienen que ser tres las que intenten ocupar el espacio que tenía ella! “Ahora son mi madre y mis tías. Si Dios quiere, lo seré yo y mi hija y mi nieta, ojalá… pero camarera siempre va a tener”. Vaya, qué sueño más grande. “Además, tengo un sueño en concreto, que es llegar a ser camarera y ojalá al mismo tiempo, si Dios quiere, tener de hermano mayor de insignia a mi amigo Ricardo Vallespín. Porque mi abuela fue camarera y coincidió con su padre, también Ricardo Vallespín, de hermano mayor; o sea, que estamos los dos con esa meta de llegar a conseguirlo”.

Nos ha encantado lo de “que mi hijo y que mis nietas sean camareras”. ¡Qué madurez con 18 años. Seguro, seguro que sí, que lo verás. ¿Cómo llama a su Cristo Verde? “Lo es todo: mi padre, mi hermano… es ese referente que tienes para mirar cuando te falla todo porque te puede pasar todo en el mundo, pero nunca te va a fallar el Señor”.

Te hemos querido entrevistar por joven y también por tu fe en este año que nos has tenido rezando por ti y tu familia. ¿Cómo se lo toma desde el punto de vista de la Fe? “Es complicado. Creo que hay que tener muy clara tu fe para no alejarte del Señor. A mí es verdad que nunca se me había pasado por la cabeza echarle la culpa a Él de lo que a mí me pasó. Yo entendí que era algo que me tenía que tocar. ¡Y demasiada suerte he tenido para como lo pasan otras personas! Entonces yo creo que me ha fortalecido en la fe porque yo me apoyaba mucho en Él y en escuchar que tanta gente reza por ti. Eso impone mucho: yo no me lo creía. Yo a Él lo he sentido muy, muy de cerca”.

¿Cómo le ha rezado, con las oraciones convencionales o hablándole? “De las dos formas”. “Yo rezo siempre antes de dormir, mi Padrenuestro y el Dios te salve a la Virgen. Pero es verdad que últimamente he rezado más hablando con Él que lo que la oración tradicional, porque siento que le transmito más mis inquietudes. Le pido por la gente que lo necesita, mis inquietudes, mis problemas…”.

¿Qué es lo que más le ha costado? ¿Su enfermedad o ver a sus padres, familia y amigos preocupados? “A mí me dolía mucho verlos a ellos y me acuerdo que cuando me dieron la noticia, lo primero que me se me pasó por la cabeza fue ¡cómo se lo voy a decir a mis amigos, a mi abuelo, a mi familia!, antes de pensar a lo mejor en ti. ¿Es que tengo un cáncer, no? Lo peor que lo llevaba era cómo se lo digo, cómo le hago para que ellos no pasen mal rato”. Sería duro cómo reaccionarían. “Mi madre me decía: ojalá quitarte eso y dármelo a mí. Y yo a ella le decía que si lo estuvieras pasando tú, yo lo estaría pasando peor”.

¿Qué le pedías a tu Cristo, cuando notabas el tratamiento dentro de ti? “La quimio es muy dura, pero yo intentaba, sobre todo, pedir por las personas que lo estaban pasando como yo porque si yo me veo así tan mal, la gente que esté peor que yo… Porque yo siempre pienso que siempre va a haber alguien que lo esté pasando peor que uno, porque dentro de lo que cabe, yo he tenido mucha suerte. Entonces yo decía que se haga tu voluntad, si tienes que curarme, yo sé que lo puedes hacer, pero si no está en tu voluntad…”. Tenemos que hacer una pausa. Pero tenemos que seguir la entrevista.

¿Qué le ha dado de positivo esta cruz que el Señor le ha dado? “La forma de ver la vida. Además, agradeces más todo y te fijas más en los pequeños momentos. Un cumpleaños con tu familia reunida después de cenar, quedarte en el salón con tus padres y tus hermanos. Eso lo valoras mucho más”.

¿Qué le dice a ese joven, a esa joven que tan normal va su vida y le llega un día como le llegó a Cristina? “Le diría que si él lo está pasando mal, Dios que es nuestro padre, lo está pasando muchísimo peor. Porque si yo lo pienso y digo, si mis padres lo pasaron tan mal, Él que me ha creado, Él que nos crea a todos, lo tiene que estar pasando peor todavía, entonces yo lo que le diría era que confíen ciegamente en Él, porque si a ellos les duele, a Él nuestro sufrimiento le duele más”.

¿Alguna promesa? “Cuando salí del Hospital la primera vez, después de haber estado ingresada, le dije que si yo salgo de aquí, el primer sitio al que iría es a mi cofradía. Y efectivamente, allí me fui, como hice cada día”. ¿Qué sentirá este Lunes Santo? “Si Dios quiere, este Lunes Santo, estaré ya curada. Cuando lo vea en la calle, voy a llorar un montón”. ¿Es consciente que su ejemplo ha hecho que a lo mejor antes habláramos del Cristo Verde, verde muerte, y gracias a Cristina, hablamos de Cristo Verde, verde de esperanza?

“Verlo a Él, en la Cruz es una esperanza de vida, porque Él resucitará, pero para mí el color verde de siempre, el de esa banda verde, su color verde y ahora el significado tan bonito que tiene es de verde esperanza, pues a mí me ha llegado mucho”.
Muchas gracias por compartir su testimonio. Estamos seguros que el Señor Verde le seguirá bendiciendo, que va a ser ejemplo para personas que pasen por esta situación. Cristina, la nieta de la gran Puri Campos, la que hizo que al Señor Verde, se le llame también desde ahora como el Señor de la Verde Esperanza. Para todas esas personas que necesitan ver en el leño muerte, la vida de la esperanza.

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