El hermano mayor de la Cofradía de “Abajo”, Juan Félix Luque de Gálvez, lo tiene claro: conservar lo que se tiene y recuperar lo que se tuvo, manteniendo lo singular de las cofradías y de la Semana Santa de Antequera.
Empezamos la entrevista preguntándole por su cabildo donde se respaldó el acuerdo del “encuentro” en San Sebastián: “Contentos porque hemos llegado a un acuerdo dentro de las posibilidades que teníamos porque no era fácil”. “Es favorable para las tres cofradías y permite que los antequeranos puedan ver el encuentro entre las dos Vírgenes en la plaza de San Sebastián”.
Unos tronos que cada vez aumentan más sus andas. Viendo la tendencia que hay en algunas cofradías, le preguntamos si llegaremos a los buques de la capital. “Espero que no. En Málaga está muy bien y aquí ni las calles lo permiten ni el estilo antequerano llama a eso. Las proporciones son las que son y las calles no permiten otra cosa”.
Ya se volvió a intentar por la Magna y por las obras en la calle principal: ¿se puede pasar por otras calles? “En los siglos XVII y XVIII se bajaba por calle Nueva, pero ahora es imposible por los cables y las dimensiones de las andas”. “Para la nuestra, no nos disgusta pasar por calle Nueva que además está muy vinculada con la cofradía. Pero como no fuera un rosario de la aurora o vía crucis… El gran problema son los cables”. Los nuevos itinerarios se posibilitarían si se realizara como “en Granada donde hay un plan de retirada de cables en el casco histórico”.
Se nos fueron las camareras decanas: Purificación Vidaurreta y Dolores Bellido. “Habrá un recuerdo para ellas, para nosotros ha sido una desgracia su pérdida. Damos gracias a Dios por haberlas tenido más de un siglo”. Las relevan sus hijas “que ya estaban ejerciendo como auxiliares de sus madres, ya que les costaba atender todas sus funciones”. Carmen Luna y Pura Granados son las nuevas camareras.
Recuperar las armadillas y el cortejo procesional
Estamos ante una Viernes Santo donde tienen previsto “más ropas de armadilla, nuestra idea es aumentar además el cuerpo procesional con más soles y estandartes. Queremos recuperar y hacer nuevos, conservando el estilo antequerano”.
La armadilla “era una túnica que en señal de luto se colocaba con el capuz y la cola. Originalmente era una túnica caudal, es decir, el vuelo es el que se prolongaba por detrás. En el XVIII ya se apunta que las túnicas iban embellecidas con galones, bordados, joyas… y en el XIX ya eran parte de los cortejos”.
Por otro lado, “ya recuperamos un sol el año pasado y queremos hacer otro compañero. Queremos sacar un estandarte que hubo de plata. Tarjetas hay algunas que se pueden recuperar, restaurándose, como los cuatro evangelistas: dos hay en la Academia y otras dos en el Museo de Costumbres y Populares de Málaga”.
En cuanto a los titulares, en el Niño Perdido “se está recuperando la antigua túnica blanca de la que tenemos bordados localizados. Con el diseño, tras Semana Santa se empezará a bordar. Queremos hacer una tarima nueva, ya que lo que tiene es un tablero con una marquilla. También se han restaurado los candelabros este año”.
En el Dulce Nombre se “estrena uno de los frisos de los laterales de plata y piezas de las cartelas pequeñas. Le queda el último lateral, dos cartelas y los faroles pequeños y una fila pequeña. Le puede quedar el año próximo. Luego quedaría el dorado de la canastilla, con las molduras que tiene”. En cuatro años le faltarían los ángeles y lo del palio sería una segunda fase.
En el Cristo de la Buena Muerte “este año esperamos estrenar una cruz de taracea. Tras ella, seguir con cuatro hachones nuevos conforme el diseño de Sánchez de los Reyes y la canastilla se decidirá en cabildo”.
Y en la Virgen “recuperamos la nube de plata de la peana, se ha hecho un nueva, y necesita los ángeles, que tenía 24 y conserva sólo 4”. “Tenemos un gran patrimonio y merece la pena conservarlo y procesionarlo. Si le metemos cosas que no van con el estilo, la puesta en valor del patrimonio, nos la cargamos. Desde fuera nos dicen que nuestra singularidad es lo que marca el valor de nuestra Semana Santa. Si nos dejamos llevar por la globalización, será más de lo mismo, lo que hay en todos sitios”.
Terminamos con las “vegas”. “Quiero hacer un llamamiento: que respeten las distancias de seguridad, que hagan caso a las indicaciones y no entorpezcan las subidas. Aquí se sabe correrlas, pero a veces quienes vienen no las conocen y cometen imprudencias”. Ante ello, venir, ver, preguntar y respetar.