La Virgen de los Remedios, Patrona Mariana de la Ciudad de Antequera, cerró este domingo 8 de septiembre sus cultos patronales, con una procesión que tuvo de nuevo que acortar por calle Comedias, ante la amenaza de lluvia, por lo que no pudo bajar por Lucena.
Tras las novena y la oración en la víspera de la festividad, este año volvieron a celebrar su día en su templo, pensando en los esfuerzos del Centenario de su Coronación Canónica que tuvo lugar en 1922.
Así, la iglesia de la calle Infante don Fernando acogió a las 19 horas, la misa concelebrada presidida por el arcipreste Antonio Fernández, quien profundizó en el nacimiento de la Virgen, en ser Patrona de la Ciudad y en la petición del obispo de la Diócesis de Málaga de buscar la formación de los cofrades en las escuelas teológicas como la que tiene Antequera.
A su término, el esclavo mayor Juan Manuel Díaz nos comunicó la decisión de acortar su recorrido al llegar a las Cuatro Esquinas, bajando por Comedias, en vez de seguir por Infante don Fernando, San Agustín, Lucena, Madre de Dios e inicio de Cantareros, ante la amenaza de lluvia que tenía la ciudad y las lluvias que se sabían estaban cayendo cerca de la localidad.
La procesión de nuevo por Comedias
De esta forma, nada más terminar la misa, se preparó la salida procesional, encabezada por la Banda de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz de Almogía que habría el cortejo, seguido del guión presidencial acompañando al esclavo mayor Juan Manuel Díaz, acólitos de monaguillo y dalmática, gallardete de plata y un estandarte bordado con el escudo de la Esclavitud.
El templete de la Patrona de los Remedios lucía con su adorno floral destacado como acostumbra Fonsi Muñoz, mecida por sus hermanacos al son, esta vez, de la Banda de Música de Almogía.
La camarera, Pilar Muñoz, vistió con recuerdos de los años de la Coronación, sin saya y con un manto espolinado en oro y con motivos vegetales del siglo XVIII en tonos beige, oro, amarillos, verdes…
Entre ambos, la representación del clero, con el arcipreste a la cabeza y la comunidad salesiana y del Ayuntamiento de Antequera, con el alcalde Manuel Barón al frente y con el Pendón de la Ciudad, el concejal más joven, José Manuel García Puche.
Ante la amenaza de la lluvia, la Esclavitud aligeró el ritmo de la procesión y en menos de dos horas consiguió recorrer el centro de la ciudad y no dejar a sus calles sin la bendición de su Patrona.
Antes de entrar, al son de «La Banda Verde», la Virgen dio una vuelta en el sitio para entrar dentro de su iglesia, con la Salve y los vivas finales que daban por concluidos los cultos de este mes de septiembre en los Remedios.
