La iglesia de San Agustín acogió en la tarde del viernes 4 de julio, la Presentación del Cartel del 75 Aniversario de la Cofradía de la Pollinica. Para ello, el catedrático de pregoneros, Manolo Barón, se encargó de exaltar la efemérides y al autor de la obra, el artista Ángel Sarmiento que se basó en su técnica de fusionar madera con dibujo.
Se celebran 75 años de la fundación de la hermandad pollinica y para el mes de septiembre se tienen previstos entre el 26 y el 27 de septiembre con los actos centrales del congreso nacional de cofradías y la procesión extraordinaria para el sábado 27 de septiembre donde contarán con la Agrupación Musical de la Redención de Córdoba.
Volviendo al cartel está realizado en madera estucada y terracota en su color con un niño perteneciente a un cortejo idealizado de la Cofradía de la Pollinica el Domingo de Ramos, con la capa recogida y portando una palma. De fondo, un esbozo como fondo de la escena con la imagen de Nuestro Padre Jesús en su Entrada en Jerusalén.
Tras una proyección de imágenes, la directiva Sonia Sánchez presentó al alcalde Manuel Barón, destacando su pasión por las cofradías, por la Semana Santa y por Antequera, exponiendo sentimientos de su familia y de su vida.
Tomó el atril el pregonero de la Semana Santa del año 2005 y empezó con su verso:
«¡Gloria sin fin!
¡Domingo de luz!
Antequera es Palmas y Ramos
que procesionan hasta la Cruz.
Surge el Amor
surge la belleza
ambas encierran
en cada palma
esta “Pollinica tierra”.
Una ilusión
nace en la infancia
y cada procesión
es risa, es elegancia.
La Pollinica sabea clavel
a un olivo de madera
a un manto de Esperanza
a Semana Santa de pura miel».
Produjo los primeros aplausos y combinó prosa y poesía para cantar el aniversario, a la cofradía y al Cartel y su autor. «Hoy Antequera alza su voz para anunciar, a través de un cartel -que será historia-, los setenta y cinco años de una cofradía que nació humilde y se hizo eterna: la Cofradía de Nuestro Padre Jesús a su Entrada en Jerusalén, Señor Orando en el Huerto y María Santísima de la Consolación y Esperanza».
Setenta y cinco años nos separan de aquellos primeros días de enero de 1950, «cuando un buen hombre, José Moreno Gutiérrez, soñó con un Domingo de Ramos en el que Antequera saludara a Cristo con palmas y hosannas, y ese sueño lo sembró en el corazón de un puñado de jóvenes de Acción Católica, que supieron convertir la fe en acción».
Siguió detallando cómo se fundó, con las personas que lo hicieron posible así cómo «el 2 de abril de 1950, el primer Domingo de Ramos, tras la bendición solemne, la Pollinica de Antequera se echó a las calles. Desde entonces, la ciudad revive cada año el eco de aquel día primero, cuando el sol besó los tejados y un Cristo montado en pollino avanzó entre palmas agitadas y miradas encendidas».
Luego se sumó la Virgen de la Consolación y Esperanza y el Señor Orando en el Huerto de los Olivos. «La cofradía, que nació en San Sebastián, halló nuevo hogar en San Agustín desde aquel 1968, y aquí se alza su casa, desde donde parte cada año el desfile de la fe».
Recordó a muchos directivos que la hicieron crecer: «sería imposible nombrarlos a todos, a Federico Esteban, Pepe Villalón, Salvador Álvarez, Juan Botello, Miguel Sánchez, Santi Calle, Manolo Sotomayor, tantos y tantos nombres y tantas y tantas familias, pero no me puedo ni quiero olvidarme de los que habéis renovado la Cofradía y que os tenemos muy a nuestro lado, Agustín Gómez Valle, José Antonio León Cruz y la inminente elección de Antonio González López. Entre vosotros y con todas vuestras juntas habéis sembrado este 75º Aniversario».
El Cartel de Ángel Sarmiento
Momento en el que tocó hablar del artista. «Hablar de Ángel es hablar de sensibilidad, de vocación, de una manera honesta y profunda de comprender el arte. Formado desde su infancia en la tradición cofrade y cultural de nuestra ciudad, muy pronto supo que lo suyo era mirar el mundo con los ojos del alma y devolvernos esa visión a través de sus manos».
Su inquietud artística le llevó a formarse en Bellas Artes, «donde no tardó en destacar por su dominio del dibujo, su capacidad compositiva y su compromiso con una estética sobria, elegante y cargada de simbolismo».
Recordó «aquel ya lejano 27 de julio de 2013, cuando con tan solo 15 años y habiéndole confiado la autoría del Cartel de la Real Feria de Agosto, el mismo fue presentado en el Palacio del Marqués de Villadarias, convirtiéndose de esta manera en el artista más joven en asumir tal responsabilidad».
Aquella obra no solo supuso un reconocimiento institucional a su potencial, «sino que también fue la carta de presentación de un creador que no ha hecho otra cosa desde entonces que crecer, evolucionar y dignificar cada proyecto que ha asumido».
Desde entonces, «el nombre de Ángel Sarmiento ha sido constante en el panorama artístico andaluz, especialmente en el ámbito del arte cofrade. Sus carteles -auténticos ejercicios de devoción pictórica- han sido portadores de un estilo muy personal: equilibrado, emotivo y cargado de intención».
Fue cuando pidió al hermano mayor de la Cofradía, José Antonio León, y al propio autor a que desvelaran el Cartel, con una nueva fuerte ovación. «Porque Ángel no solo ha pintado, ha diseñado o modelado un cartel; ha firmado una declaración de amor a nuestra Semana Santa en la historia común e indivisible que tiene con la Cofradía de la Pollinica».
Ángel ha sabido captar «la esencia de nuestra Cofradía, el inicio lejano, la candidez angelical que porta una palma pollinica en un escorzo infinito entre Antequera y su Domingo de Ramos».
En su obra «hay luz, hay movimiento, hay símbolo… pero, sobre todo, hay verdad. La verdad que solo puede mostrar quien ama lo que representa, y quien representa con fidelidad lo que ama».
Y volvió a escoger el verso y su magistral voz para terminar su presentación:
«Una gran palma se levanta,
rama de un cielo sin fin,
Domingo de Ramos eterno,
Antequera se vuelve a abrir.
Sobre la obra descansa
la historia de un caminar,
setenta y cinco años lleva
esta cofradía pasional.
En el cartel hay un canto
que se convierte en clamor,
el trono avanza en la estampa,
la palma es fiel oración.
La Pollinica en el centro,
cruza la puerta mayor,
y Antequera la contempla
con lágrimas de emoción.
(…)
La Pollinica lo sabe:
ese ángel es su guardián,
que entre palma y cielo traza
la senda de su verdad.
La palma sube a los cielos,
verde estandarte de gracia,
y el viento en torno la envuelve,
como oración que se alza.
La túnica se arremolina,
los pliegues bailan y cantan,
y el barro deja en la forma
verdad que al arte la hermana.
La luz del trono destella,
dorado vivo que abraza,
y las andas se dibujan
con amor de morada.
El trono cruza la puerta,
la puerta vieja y sagrada,
y el pueblo fiel lo contempla
con emoción desbordada.
La palma marca el camino,
la palma al cielo señala,
y el ángel guía el instante
donde la fe no se cansa».
(…)
En el cartel se entrelazan
barro, dibujo y nostalgia,
y el aniversario suena
en cada trazo que avanza.
La tradición centenaria
vive en el barro que habla,
y el ángel queda en la historia
como testigo que proclama.
Jesús avanza en la estampa,
y el trono entero se embalsama
de esa luz pura y sencilla
que la Pollinica guarda.
El cartel une los años,
une el fervor y la gracia,
y Ángel nos deja en la obra
su corazón y su alma.
Gracias al arte que brota
de unas manos que
nose cansan,
gracias por darnos la palma
que al único cielo
la fe levanta».
Fue muy aplaudido y por último se entregaron unos reconocimientos a los protagonistas del acto. Concluía un acto en el que la Pollinica había unido a un referente de los pregoneros de antequeranear con un artista que tiene un presente que augura un futuro impresionante tras navegar ya por Andalucía en su forma de entender el genio y el arte que lleva dentro.