Antequera y su gente procedente de nuestra geografía española, se dio cita un año más con su Señor, el Cristo de la Salud y de las Aguas, donde las religiosas franciscanas han conseguido crear en Las Descalzas, un nuevo momento único de nuestras procesiones.
Fue sábado, 25 de mayo, comenzando por la mañana con el esfuerzo terminado de ese grupo anónimo de devotos, directivos, vecinos, que hacen posible que el Patrón esté en su palio.
A mediodía, antes, recibir a los de fuera, a los antequeranos que se fueron, a los que regresan al menos una vez al año para reencontrarse con el lugar, el sitio, el momento en el que antes fueron con sus padres, sus abuelos, sus seres queridos. Falta que los hijos y los nietos tomen en cuantía su misión de tradición local.
A las 12,30 horas, misa en San Juan presidida por el párroco Tomás Pérez Juncosa. Se contó con la Coral Ciudad de Antequera que estrenó los retazos de la misa que Manuel Barón y José Molina Comino preparan para el aniversario de 2025.
La procesión en una calurosa tarde
Llegó la hora. Tras una Semana Santa pasada por agua, hizo un tiempo magnífico, más de lo habitual. ¡32 grados a la hora de la salida y el sol apretando por San Juan y Niña de Antequera! Protección Civil tuvo que atender a tres personas que se desvanecieron por sendos golpes de calor, reponiéndose en el acto.
«Arriba» cedido a Antonio Jesús Palomo, presentador del Cartel Anunciador de este año. El hermano mayor de insignia Juan Jesús Sánchez, dirigía el trono, subiendo por la pina cuesta hasta llegar al Carmen, donde aguardaba la Cofradía de la Soledad.
Bajada por Cuesta de los Rojas y llegada a Las Descalzas, donde las religiosas franciscanas se concentran para rezarle al Patrón. La comunidad de la deseada primera antequerana reconocida santa por el Vaticano (ya lo es para sus devotos) ha hecho florecer un encuentro íntimo, donde se asiste a una oración cantada en forma de himno. La comunidad de la Beata Madre Carmen se hace cada vez más presente en el día a día de la ciudad.
En el cortejo, estandartes, el guión presidenclal (por cierto, observamos cómo la cofradía le ha dado un vuelco, haciendo partícipes a otros segmentos de la sociedad, como son los gremios de sus novenas), el Ayuntamiento representado por la teniente de alcalde Ana Cebrián (el alcalde Manuel Barón, un hermanaco más del Cristo) y la edil más joven, Marta González llevando el Pendón, entre otros miembros corporativos.
Siguió el paso por Calzada, Cantareros, San Luis y parada en los Remedios con saludo de patrón a patrona. Ligero paso por Infante don Fernando con parada en San Agustín y rezo ante la puerta de la iglesia mayor y colegial de San Sebastián.
Subida por las cuestas con primera estación en la Citarilla, con las puertas de Santo Domingo abiertas y directivos de la Paz y Rosario aguardando. Nuevo tirón, esta vez hasta el Portichuelo, ya con la Banda Municipal de Música “Maestro Paco Tenorio” de Arriate tras el Cristo.
Y llegada al Portichuelo, fraternal «encuentro» del Hijo con Su Madre. El sol sale de noche desde San Juan hasta Antequera con las dos imágenes con más devoción a pie de calle. Por cierto, el Señor con escolta de gala de la Policía Local. Ya falta recuperar el piquete inicial de la Guardia Civil y captar la de la Policía Nacional.
Y bajada por Cuesta Real, cuando los hermanacos mecen al estilo del Señor, despacio, meciendo, sintiendo la música, levantando los vítores de los presentes y regreso a San Juan, con petaladas por doquier.
Pasadas las 0,35 horas, en la madrugada de la calurosa tarde-noche del 25 de mayo, la Real Hermandad presidida por Gabriel Robledo, terminaba su procesión.
Ahora, el miércoles 29 de mayo a las 18 horas, habrá misa para enfermos y personas mayores. A su término, la imagen del Señor regresará a su capilla a la espera de los próximos cultos del 2025.
