Cristóbal Toral trajo a Málaga sus maletas cargadas con recuerdos de infancia en Antequera, el salto de la humanidad a la luna, un recorrido por los grandes maestros de la Pintura y una crítica del mercantilismo del Arte, concluyendo con la esperanza que está seguro que hay jóvenes con talento como lo fueron en su día Velázquez, Van Gogh, Goya o Picasso.
A sus 85 años, la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo le ha abierto sus puertas como académico, en acto que se desarrolló en el salón de actos del organismo en el Palacio de la Aduana. En primer lugar, Francisco Ruiz Noguera dio la bienvenida a las autoridades: el alcalde de Antequera, Manuel Barón; el delegado territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, Carlos García, el vicepresidente de Cultura de la Diputación Provincial, Manuel López Mestanza; o el secretario de la Academia de Antequera, Juan López García. Seguidamente, Rosario Camacho pidió que entrara en la sala el artista antequerano que inició su discurso “Del Campo a la Pintura”.
Un discurso que analiza
el Arte en nuestros días
Empezó agradecido y con entusiasmo por el Arte que en “Málaga ha demostrado estar en armonía con uno de sus hijos más importantes de su historia, el pintor más universal del siglo XX: Pablo Picasso”.
Compartió su viaje al Arte con nombres como Emilio del Moral, su primer maestro y José García Berdoy, quien le ayudó con la Caja de Ahorros de Antequera a becarle para empezar sus estudios. Y fue como Michael Collins, un astronauta del espacio con su visión previa en sus cuadros.
Fue en Nueva York donde llegó a la primera línea del complicado mundo de la Pintura. “Supuso mi cuarto salto migratorio. Esta vez ya no fue en bicicleta ni en tren, sino viajando por el espacio en avión”. Allí rompió barreras y las críticas de la Prensa le pusieron en el centro del universo. “Eran muy pocos los artistas españoles que conseguían exponer en una buena galería. En esos años solo recuerdo a dos: Antoni Tàpies y Juan Genovés”.
Regresó a Madrid y siguió con sus encargos, sus viajes, sus visiones espaciales y especiales, sus homenajes a Velázquez y Goya y su representación a España en la XIII Bienal de São Paulo de 1975. No recibió el primer premio y el público “decidió poner urnas en la entrada del recinto expositivo para que se pudiera votar a sus artistas favoritos. Para mí fue muy grato que mi obra fuera la más votada, con una diferencia muy notable con respecto al segundo clasificado”.
Seguidamente lamentó que “el Arte se ha convertido en un negocio, en una empresa multinacional orientada a la producción y el beneficio, manejada por empresarios expertos en los entresijos de galeristas, salas de subastas, ferias de arte, museos, comisarios y millonarios coleccionistas”.
De esta manera “un plátano que vale 25 céntimos se puede transformar en una obra de arte por la que se pagan seis millones de dólares”, por lo que considera que este ejemplo “debería ser suficiente para desconfiar del márketing en el arte, porque demuestra que no sirve para evaluar la calidad de las obras, sino más bien para legalizar los timos millonarios”.
Ante ello, reclamó presumir de los Velázquez, Goya y Picasso, que si los tuvieran otros países los promocionarían más de lo que hace España. Terminó augurando que en algún lugar del país, habrá un genio como “Goya, que nació en un humilde pueblo en un momento convulso de la historia de España; con las dificultades anímicas y económicas de Van Gogh; con Velázquez, que pintó Las Meninas en los ratos libres que le quedaban después de servir al rey”.
El acto terminó con la contestación de José Manuel Cabra de Luna, presidente emérito de la academia, quien destacó la valía de Toral que se merecía estar en el organismo desde hace muchos años.
A Toral le acompañaron su mujer Marisa Oropesa, sus hijos Cristóbal, Miguel, Pablo y María. Así como el teniente de alcalde Alberto Arana, los concejales Francisco Calderón y Dolores Melero, los empresarios Ramón Jiménez y Juan Trujillo, el exalcalde Paulino Plata, los miembros de la Academia, Sebastián del Pino y David Sancho. Y artistas como Evaristo Guerra, Antonio Montiel y Raúl Pérez, entre otros.