En una sociedad donde las prisas, las malas noticias y los rencores imperan en el día a día, hacen falta momentos como los que Javi Vallespín “Peloches” ofreció en la noche del viernes 20 de octubre en una abarrotada Sala EMMA.
Su mundo fusiona sus tres virtudes artísticas: cómico, humorista y monologuista. Al llegar la hora y avisar por megafonía que iba a comenzar el espectáculo (en castellano, catalán, euskera, inglés y antequerano), se apagaron las luces y las luces enfocaron su silueta junto a un taburete con una botellita de agua.
Javier sacó su yo, el mismo que cada día sale en su casa, en la calle, en el trabajo o en los bares y espacios donde ofrece su forma de ver la vida bajo su nueva obra “Mi Mundo”.
Paco Peramos lo define como “un espectáculo de humor, desde la más profunda seriedad con el mundo de Javi Peloches como referente”. “Un monólogo que mezcla episodios de su vida con la del antequerano, con chistes cortos, buenos y una alta dosis de improvisación”.
Los asistentes “disfrutaron de más de hora y media de espectáculo en el que no se pudo disfrutar de un segundo sin carcajada, se encadenaron auténticos ataques de risa, al desvelar el final de los “chascarrillos” que recitó el antequerano. Una velada para repetir, y tendrá que hacerlo porque la demandada crece día a día”.
Solo ante la carcajada
El mundo está cambiando. Él sabe que solo puede ante lo que se presente y quiere seguir su camino, con su forma de ser y entender el mundo. Sin guión, pero con orden, fue compartiendo cómo entiende la vida y lo comparte por si a alguien le sirve para poder vivir mejor o a su manera.
Vallespín conjugó todo su repertorio, con chistes, improvisación, monólogos y vivencias porque “en mi mundo cabe todo, menos el mal rollo”. Estuvieron personas de Málaga, Sevilla, Osuna, Campillos, y cómo no de Antequera, entre ellos el artista “El Morta” o el teniente de alcalde Alberto Arana.
A pesar del humor, supo marcar lo que pasa en nuestro día a día y puso de ejemplo hasta dónde llegamos con lo que pasó en los Óscar con el incidente entre Will Smith y Chris Rock. Pide hacer el humor con responsabilidad, y no a costa de los otros. Eso no hace gracia. Pero dejó claro también que a los “ofendiditos”, que no les escuchen y se fueran, porque quería pasar una buena noche como fue.
Entre su carrera de compartir, el uso hoy del inglés en todo que nos lleva a la confusión entre generaciones. Los momentos de tensión que se viven cuando por ejemplo vas por el carril de la Alameda próximo a Merecillas y al ponerse en verde, se te cuela un coche que tenía que haber girado a la derecha.
Así hiló cómo ha cambiado nuestra vida por los términos que usamos. Antes se iba al gimnasio y ahora al gym o al CrossFit. Terminó con una reflexión final en forma de chiste abierto o chascarrillo, en la que aconsejó cómo hay que tomarse la vida.
Ante el éxito, ya busca fecha, no sólo porque la gente se lo pide, sino también por nuevos temas como el de la palmera de Sevilla o la piscina voladora de Antequera. Atentos porque en breve dirá la próxima fecha para dejarse llevar por su mundo.
