La Real Academia nos regaló hace un mes el último concierto de la soprano antequerana Rosa Miranda Fernández (18 de septiembre de 1978), que desde 2018 forma parte de la Orquesta y Coro Nacional de España (OCNE).
Es Profesora Superior de Canto y Máster en Musicoterapia. Ha estudiado con los mejores maestros de la actualidad y cantado todo lo que ha podido en teatros de todo el mundo. Ha sido protagonista en óperas como Dido y Eneas de Purcell, Bastien y Bastienne y Don Giovanni de Mozart, Romeo y Julieta, o en zarzuelas de Guerrero, Barbieri o Chapí. Forma la perfección cuando le acompaña Ángel Sanzo al piano.
Comenzamos la entrevista recordando a Antonio Montiel cuando inauguró su exposición en Málaga, quien decía que hoy cuesta mucho trabajo vivir con lo clásico. ¿Cómo es en el canto? “Creo que el interés está volviendo, lo veo en jóvenes con los que he tenido la oportunidad de dar clase técnica vocal en la coral en Getafe. Son estudiantes de la universidad y tienen una ilusión y una pasión con disciplina”.
¿Y cómo se puede acercar más la música y todo lo clásico a la juventud? “Cuando hablamos de clásicos, entendemos anticuado, y eso es un error. Es todo lo contrario porque ¿cuántos siglos llevan los clásicos? Todo lo que nos llega es porque se ha mantenido durante muchos siglos”. Lo clásico fue una revolución en su origen que sigue hoy vivo.
¡Hay espacio para todo! “Exactamente. No tiene que ir una cosa en contra de la otra” de lo moderno y tendencias actuales. Por cierto, ¿qué le parece como la Academia como referente cultural de Antequera? “Es increíble. Entras aquí a la sede, y ves el patio, todas las esculturas que hay, todo el mobiliario, los cuadros que hay, la sala donde cantamos con Margarita Bolós. Es maravilloso. Es como que te podrías quedar aquí toda la vida”. Entre ensayo y entrevista, se detiene en cada rincón, admirando cuadros y esculturas, y admirando el mobiliario.
Como muchos artistas, suponemos que deseando volver a cantar en el Teatro Torcal. “¡Qué ganas, qué ganas! Además le tengo, por supuesto, como todos los antequeranos, muchísimo cariño a ese espacio. Y claro, he actuado allí varias veces. También cuando era muy joven he ido al cine allí, he ido a la discoteca”. Se interesa por la reforma y el encanta que se mejore el interior con la caja musical nueva que le dé más empaque al sonido. Aún resuena su presencia con “A la luz de Góngora” con Juan Luis Galiardo y Kiti Mánver.
Tras embaucarnos cantando, en verano vimos cómo ha crecido interpretando en el patio del Ayuntamiento con “Entre usías y damiselas”, acompañada en escena por la mezzosoprano Sara Rapado; la actriz antequerana Pilar Giráldez y el pianista Miguel Ángel Castro. “Cuando empecé a estudiar, también lo hice con la interpretación, porque creo que en la música, estás diciendo un texto, entonces hay que interpretarlo. Y creo que es una manera también para acercarse al público, para que le llegue más rápido”.
A quién seguiría en TikTok si hubiera existido antes
Hoy en día, no sólo quien canta, sino casi todo el mundo está en una red social. En el caso de Rosa, ¿Instagram, TikTok… para difundir su talento? “A mí, así de primera, me da un poco de miedo las redes sociales. Creo que todos los jóvenes tienen TikTok. No sé si adultos como yo debería de tener un TikTok, pero de momento no lo tengo”. “Tengo Instagram y Facebook y siempre lo utilizo por temas profesionales”. No lo descarta y si algún día en clase o sus sobrinos se lo piden, puede que la escuchemos también por ahí.
¿Cuáles serían esos compositores, esos artistas clásicos, que Rosa seguiría a toda costa si hubieran tenido TikTok en su día? “Me ha venido a la mente Henry Purcell, porque me acuerdo de cuando canté el Dido y Eneas, dirigido por Esther Sanzo. Después me ha venido Mozart, Puccini, Brahms… Cuando he cantado con Margarita, Antón García Abril, Toldrá…”.
Ha quedado claro que no tiene TikTok… pero entendemos que Rosa en sus momentos, en casa, en la fiesta, en la ducha, cantará otras cosas que no sean clásicas. ¿O también? Empieza respondiendo con su sonrisa cautivadora y luego amplía: “A ver, tengo que reconocer que de ahora estoy poco puesta. Pero es verdad que a mí me encantaban Mecano, Duncan Dhu…”. ¿Y más actuales? Tipo Rosalía, Karol G… “No sé, quizá de Taylor Swift, alguna canción sí, pero no me digas que la cante porque no me acuerdo”, sigue sonriendo.
Confiesa que en Madrid “con mi sobrina he ido a algún concierto de varios grupos”. Le entrevistamos donde la Cofradía del Socorro montaba hace año su caseta de mediodía en la Casa de los Laude, hoy sede de la Academia. Seguro que Rosa bailaría “Macarena”… “¡Con lo que a mí me ha gustado bailar sevillanas!”.
¿Cómo se llevan en el mundo de lo clásico? Suponemos y esperamos que no haya esa rivalidad que existe como en algunos deportes. “Me imagino que eso va también por carácter, pero yo no he vivido esas rivalidades que siempre que te dicen”.
Cuando está con los amigos, en familia, ¿le piden eso de que cante Rosa siempre en una reunión? “Al principio me daba muchísima, muchísima vergüenza, lo pasaba fatal… y eso que te pones en un concierto ante muchísimas personas, personas, pero no es lo mismo. Ahora, no sé, cada vez lo disfruto más, porque es como, bueno, soy capaz…”.
Estamos en pleno invierno: época de los resfriados, las ronqueras… ¿algún truco que nos pueda dar para cuando esa voz no sale? “¡Qué complicado! No sé. A ver, ahí sí que intento cuidarme. Es verdad que no hay que obsesionarse, porque si no es una locura,
y al final esa tensión, al final te sale… Porque claro, vas al tren o al avión, aire acondicionado, ¡ay, qué frío! Después sale y un cambio de temperatura. Pero luego por la noche mucho frío. Hidratarse mucho. Todo lo que reseque va mal. Intentar no gritar en sitios con mucho ruido y yo creo que lo importante es estar físicamente bien, estar fuerte y alimentarte. La alimentación es muy importante porque por el tema del reflujo también afecta las cuerdas”. “Yo he descubierto hace relativamente poco, dentro de mi vida profesional, el nebulizador, que son como un humidificador, pero que te lo pones aquí y eso sí que hidrata, llega a hidratarte las cuerdas”.
¿Y qué nos dice de las leyendas urbanas del caramelo, el anís o el vino dulce. “Para los nervios, dicen que es de lo mejor… y te lo pasas mucho mejor, a lo mejor, pero realmente reseca, reseca toda la zona”.
Lo que le queda por conseguir
Sus sueños. ¿Dónde le gustaría, en qué época del año, qué artista, en qué sitio, dar un concierto, en el mundo? “En la Escala de Milán, ¡ya que digo sueño, pues venga!”. ¿En España? “El Teatro Real”. ¿Algún sitio en Antequera? “En el Teatro Torcal reformado”.
Le pedimos que anime a esa Rosa Miranda, a ese Ángel Sanzo que están por ahí en los colegios, en los institutos, en los conservatorios. “En Antequera hay muchísima, muchísima gente con mucho arte. Creo que es bueno que siempre, siempre, o sea que nunca viene mal que haya muchísima cultura por todos los jóvenes, por todos los adultos.
Que creo que la Cultura tiene que venir desde los niños pequeños. Así se hace un mundo mejor con la Cultura, eso lo tengo muy claro”.
Terminamos y se nos pone a cantar ahí, en medio de la entrevista. Les aconsejamos que vean el vídeo de la entrevista por su espontaneidad y por cómo canta a pie de sala. Concluimos una entrevista distinta, muy cercana, donde Rosa saca a esa niña que lleva dentro.