En una semana, las calles recibirán la visita de personas que vendrán de otras ciudades y de los propios vecinos que saldrán reclamados por la Semana Santa. Una semana que tiene tareas para todos.
Al Ayuntamiento se le pedirá que señalice los aparcamientos para visitantes, los cortes de calles para los recorridos procesionales con el fin que los vecinos puedan seguir circulando con las incomodidades que conlleva. Que las calles tengan plenitud en sus servicios públicos. Cooperar con las cofradías para que puedan procesionar por las calles.
A los bares, comercios y hoteles, que ofrezcan a quienes vengan, el mejor de los servicios como el que disponen durante todo el año. Serán días de necesidades comerciales y hosteleras, de rápidas respuestas a dónde comer, qué ver y por dónde van las procesiones.
A los vecinos, ser esa guía turística a pie de calle, donde no sólo responder a horarios e itinerarios, sino también explicar lo peculiar de la Semana Santa: que si los campanilleros de lujo, que si la forma de llevar los tronos, que la antigüedad de las imágenes, qué es y cómo se “corren las vegas”.
A las cofradías, mantener las tradiciones y el legado recibido para seguir manteniendo la singularidad que presume la ciudad. Buscar el mayor orden y acercarse a las aceras. Los recorridos tienen espacio para todo menester: oficialidad, unidad, encuentro, tradición, fe…
A los que la observen, respeto por lo que van a ver en caso que desconozcan las raíces. Esperar y preguntar antes que moverse o actuar. No es cuestión de ir de chaqué o vestido largo, pero sí de acudir a una procesión y no a una playa. Algo que también debe ser tenido en cuenta por los propios paisanos.
A los medios de comunicación recordarles que Antequera existe. No es cuestión que estén aquí todos los días, pero que nos tengan en cuenta. Aquí no habrá otras fiestas, pero en cuanto a los siglos y el patrimonio que se conserva, debe ser tenida en cuenta. No nos vale lo de conectar con las capitales de provincia. Antequera debe ser tenida en cuenta.
Por eso, por todos los motivos, la ciudad debe estar preparada para abrir sus puertas a los que regresan, a los que vienen por primera vez, a quienes caminan por ella como todos los días lo hacen.
Se ha de buscar la mejor imagen, respetando el que no comparte estos días, el que sí lo hace. Y a los cofrades, recordarles que las procesiones surgen cuando desde el interior de las iglesias quieren exponer la devoción a unas imágenes fuera de ella. No es nuevo lo que los cofrades olvidan la esencia de la Eucaristía.
Y a quienes no compartan lo que se celebra, es una semana de vacaciones para viajar por España y por el mundo, descansar de todo, incluso de las cofradías y la Semana Santa. Refugiarse en lugares que vengan a ofrecer lo que buscan.
Entre todos, estamos llamados a ofrecer lo mejor, como se debe hacer todo el año, no sólo en Semana Santa. También tenemos ferias, de Primavera y Real Feria de Agosto, Carnaval, Navidad, Cabalgata de Reyes y Cultura, Deporte…
Si es la semana más grande no hay que conformarse con el pasado, hay que buscar en el presente un referente para el futuro. Por los que estuvieron, por los que estamos, por los que estarán… de nosotros depende que todo vaya a mejor, ahora en Semana Santa y durante todo el año. ¿Nos apuntamos?
