De fracaso califican muchos medios –otra cosa son los convocantes, como suele suceder– la «huelga general del 29 IX». Hubo normalidad casi absoluta en la mayoría de España, salvo en Barcelona, donde ocupada la sede de Banesto el viernes pasado, al juez de turno se le ocurrió ordenar a los «mozos de escuadra» su desalojo el miércoles, con lo que tanto los sindicatos como los «ocupas» (entre ellos, dicen, un hijo del alcalde y un hijo del presidente de la Generalidad) aprovecharon para unir sus fuerzas, causar daños sin cuento, atemorizar todo el centro de la capital condal y provocar lesiones y detenciones. En Madrid, donde se iba contra su Ayuntamiento y su Comunidad, una manifestación con los líderes de UGT y CCOO en cabeza –6.000 y 5.000 euros al mes de sueldo, de las arcas del Estado, dijo algún medio–, recalcaba las peticiones que pretendían justificar la huelga. Pero, insistimos, en el resto, normalidad casi absoluta.
En Antequera, algún rotativo provincial señalaba un seguimiento de la huelga en un Instituto, del 60 por ciento, con la inmediata llamada del director del centro, aclarando que habían faltado 13 de 91 profesores –mal hicieron las cuentas– y un porcentaje bajo de alumnos, en muchos casos por no tener medio de transporte. Carmen Rosa Torres, teniente de alcalde de Seguridad Ciudadana, informó que colocaron «silicona» en las cerraduras del Ayuntamiento, lo que no nos explicamos pues posee una verja alta exterior difícil de superar, y en San Luis, y que el transporte de mercancías sí se había visto afectado en las zonas industriales, donde se hallan los centros de Mercadona, Día o Acotral. Mercadona, que abrió todos sus establecimientos, informó que «el almacén trabajó con normalidad» y Acotral afirmaba «haber hecho los deberes antes de la huelga». Normalidad en el Centro Comercial La Verónica y el Hipermercado Eroski. Los sindicatos, citaron el seguimiento de la huelga por trabajadores de algunas empresas del polígono, y reconocieron que bares, restaurantes y panaderías abrieron en su mayoría. El pequeño comercio abrió también en un 90 por ciento, según la ACIA, e incluso algún establecimiento que no abrió por la mañana, lo hizo por la tarde.
Por la mañana, coches con banderas de los sindicatos –y alguna republicana– recorrieron la ciudad, seguidos de coches de la Policía Nacional, algunos llegados de la capital, por lo que no tenemos noticias de que hubiera incidentes. Los autobuses, en menor número de lo habitual, perjudicaron a los enfermos que tenían cita en el Hospital… Pero, por fortuna, la cordura imperó y daba la sensación de que todos comprendían la inutilidad de la huelga, porque ¿qué se ha obtenido de las protestas? ¿Se atenderán sus peticiones? ¿Va a bajar el paro, van a subir las pensiones, van a bajar la luz, vamos a tener más productividad? Entonces, ¿para qué la huelga? Y aumento del déficit en 4.100 millones de euros…
