78 son las mujeres de Antequera y comarca que desde noviembre de 2022 a octubre de 2023 han dado el paso y han sido atendidas en al Centro de Información de la Mujer (CIM) de Antequera. En 2019, fueron 48.
Treinta mujeres más en cuatro años, que nos hace analizar dos líneas. Primero, la positiva, pensar que cada vez el trabajo llega a más mujeres a las que se le ofrece el apoyo necesario para que se llenen de valor y pidan ayuda, significando con ello que las campañas, talleres, formaciones y recursos que se emplean, dan resultado.
Y una segunda línea, ¿30 más? En este caso, la parte negativa. Siguen habiendo mujeres que necesitan de ayuda porque están siendo maltratadas por ser mujeres, ya sea de forma física o psicológica. Las cifras siguen subiendo, una realidad que marca para siempre sus vidas y que en la mayoría de los casos, pocos conocen o saben de ello. Y otro punto más, de estas 78, menos de la mitad, 31, han presentado denuncia.
Desde el Centro de Información a la Mujer siempre han tenido claro que la formación, la educación en los jóvenes es esencial para erradicar esta violencia. En las chicas, para saber decir no en el momento determinado, eliminar comportamientos que reciben de sumisión y total control pensando que eso es amor. Y en los chicos, sabiendo respetar y reconocer cuándo no se debe pasar una delgada línea que lleva, de ese supuesto amor, a la posesión extrema. Educación, respeto e igualdad, no hay más, pero qué complicado es.
En una sociedad donde cada vez se respeta más al otro, nos debemos sentir obligados en nuestra conciencia en saber respetar y aceptar al que tenemos al lado, enfrente o al que pase por instante en nuestra vida, como un igual.
En una sociedad donde la igualdad entre hombres y mujeres sigue sin ser real, estamos obligados a abogar y trabajar juntos por ello.
En una sociedad donde la educación debe ser nuestro pilar fundamental, junto con la salud, no lo es; es obligación de todos cambiar las tornas y hacerlas girar hacia el bien común.
Todo esto en conjunto no es más que trabajar en sociedad, por la comunidad, por nuestros barrios, nuestros amigos, vecinos, familiares, por todas las mujeres que nos rodean.
La mejor forma, permítannos que lo hagamos así es pensando que la próxima mujer que sea asesinada por un hombre puede ser nuestra hija, nuestra hermana, nuestra madre, nuestra tía, nuestra prima, nuestra sobrina, nuestra abuela, nuestra vecina, nuestra cuñada, nuestra amiga del alma, nuestra compañera de trabajo, nuestra maestra, nuestra compañera del gimnasio, nuestra camarera, nuestra jefa… Y así póngale el nombre que quieran, porque sí, en el año 2023 siguen muriendo mujeres a manos de hombres.
Y ahora, permítannos que nos dirigamos a usted, mujer. Si nos ha leído hasta aquí y se encuentra entre esta larga lista, confíe, no se calle, de el salto, encontrará el apoyo que ahora no tiene, no se quede en el abismo, no está sola, estamos para ayudarle.
