El presidente del Gobierno está soportando el aluvión de recomendaciones que nuestros «vecinos» europeos le hacen, más que preocupados porque España mejore, temiendo el hecho de que «tengan que acudir al rescate», como han hecho con los griegos, pongamos por caso. No es envidiable el papel del actual presidente europeo que, en pleno periodo de mandato se ve obligado a escuchar tales «recomendaciones».
Pero no son de fuera las únicas que le llegan al presidente, que dicen «no se lleva bien con su ministra de Economía» lo cual no es precisamente buena señal que digamos. De España la llegan otras que estimamos básicas: que se deje de «rescatar» bancos que no van bien, lo que equivale a preservar el beneficio de sus accionistas con dinero que pagamos todos, castigados por lo intereses que nos cobran esos bancos, por sus negativas o condiciones imposibles de cumplir para que te den una hipoteca, de forma que estamos beneficiando a quienes nos cuestan el dinero, o dicho de otra forma, pagamos para que ganen más los que más ganan, en lugar de que ganen más los que menos ganan, que son los que están en peligro. Estamos de acuerdo en que los bancos son base de la Economía, pero nos duele comprobar lo que algunos reparten y vemos que, cuando las cosas no les salen como ellos querrían, el Gobierno tiene que «rescatarles» o lo que es igual asegurarles sus beneficios con nuestro dinero. Y no son los de la «oposición» sólo, los que critican esto, sino que muchos del propio partido en el gobierno, tampoco lo ven bien. Si sus propietarios-accionistas se forraron en los tiempos de bonanza, que se aprieten el cinturón como nos obligan a hacer a nosotros. Ni más ni menos. Y que ganen o que pierdan algo de lo mucho que tienen, que a fin de cuentas son negocios para ganar dineros, como todos, expuestos a perder cuando las cosas no vayan bien.
Otra cosa que advierten al Gobierno, y más directamente, al señor Zapatero es que ese dinero que se destina al recate y mayores ganancias de los bancos, como el que se destina al desempleo, vaya a mantener pequeñas y medianas empresas, que desaparecen en número pavoroso, sin que nadie valore la cantidad de empleo que crean.
Algún responsable de la CEOE, anunciaba los datos y son para hacerle caso, recalcando que nadie quiere dejar sin paga a los parados, sino que en lugar de primar el paro, se prime a las empresas a condición imprescindible de que contraten empleados en paro. La subvención al paro, no «renta nada» a la Sociedad; mantener o crear empresas, paga sueldos, genera impuestos y beneficios para todos los españoles.
