Las enfermedades, además del momento, el tratamiento y las circunstancias, precisan siempre de alguien al lado que escuche, que esté cuando haga falta hablar.
El cáncer es una de ellas donde el paciente necesita asumirlo, tener alguien con quien compartirlo y con quien pasar esos momentos. Seguro que todos ellos agradecen esa labor callada.