Es inevitable. Las lágrimas llegan a los ojos cuando uno mira la fotografía y vuelven los recuerdos. El olor a incienso se mezcla con los cantos de la Coral María Inmaculada mientras aquellas inmensas cortinas se abrían dando paso a la gran imagen de Madre Carmen, que desde ese mismo instante, las 11,37 horas del domingo 6 de mayo de 2007, pasó a ser beata.
La Antequera católica, la cristiana, la creyente la que ha visto crecer a numerosas generaciones siguiendo las enseñanzas de esta antequerana vio culminar sus deseos en esta ceremonia presidida por Monseñor Saraiva Martins, representante del Papa Benedicto XVI. Aquellos que crecimos bajo su atenta mirada cada mañana al entrar al colegio, nos emocionamos en ese instante y ahora mientras escribimos estas líneas cargados de esperanza por lo que vendrá.