Treinta festivales en diferentes lugares de la ciudad, hasta que encontraron Santa María como su sede; pero este año, la pandemia obliga a reiventarse en cuatro patios acotados. “Y los músicos están también con optimismo y pensamos que nosotros debíamos de seguir trabajando, no sólo para intentar que el festival siga en otras fórmulas, sino porque también los músicos tengan vidilla y empezar a menearse esto y que todo vuelva a la normalidad”, exponen Antonio Blanco y Antonio Navarro en nuestra entrevista de este fin de semana.
A pesar de ser un edificio de 1503, hoy, 517 años después, sigue estando tan lleno de significado como cuando se alzó y creó la escuela de gramática en el entorno de Santa María. Se quedó sin culto, se abandonó, pero se recuperó como espacio cultural y siempre, en llegando finales de julio, el blues ilumina su fachada en los últimos 30 años. Pero este 2020, la pandemia que padecemos del COVID-19, obliga a confinarse en patios cerrados, con el fin de limitar las concentraciones para evitar la propagación del virus, pero sin suspender la magia del blues en la ciudad.
Quedamos en el mismo entorno para entrevistar a “los primos”, Antonio Blanco Martín y Antonio Navarro del Pino ‘Navi’, con quienes conversamos de su trigésima edición, a golpe de mascarilla, pero buscando la alternativa de dar vida a los patios solitarios de la ciudad, para que este último fin de semana de julio, como marca la tradición más reciente, el blues siga embrujando y dejándose seducir por la pasión de esta música que supo encontrar su sitio en el Renacimiento del Arte.
El ‘Antequera Blues Festival’ de este año nos quedamos sin poder verlo en la fachada renacentista, pero tenemos aquí a estos “catedráticos” de la Música, de la Cultura, del Blues en Antequera: Antonio Blanco y Antonio Navarro “Navi”, que aunque no pueda sentirse la música aquí, seguro que se va a escuchar desde los patios de Antequera y con su magia habitual se sentirá su eco en Santa María.
Un año diferente, distinto, ¿no venía esta posibilidad en el libro, verdad?: “Se nos había ocurrido que podían pasar muchas cosas, pero nunca una idea de una pandemia”. Raro todo lo que vivimos, como la mascarilla puesta este año…. Recuerdo en el libro como bien lo reflejas de los inicios vuestros musicales, el festival de blues… todo lo que habéis hecho, pero esto era impensable… “Nos ha afectado a todo el sector porque nosotros estamos en contacto con los músicos y había una preocupación muy grande cuando estábamos en el confinamiento. Ahora parece que la cosa se está superando un poco. Y los músicos están también con optimismo y pensamos que nosotros debíamos de seguir trabajando, no sólo para intentar que el festival siga en otras fórmulas, sino porque también los músicos tengan vidilla y empezar a menearse esto y que todo vuelva a la normalidad”.
https://www.youtube.com/watch?v=wc-8aGA8aX8
El confinamiento llegó a pensar en suspender toda alternativa de blues este año
Seguramente se preguntarían las semanas que estuvieron encerrados en casa, si en julio habría festival de blues. Fueron pasando las semanas, meses y dirían ¿qué haremos? ¿qué pasará?: “Pensamos de todo, pero creo que todo el mundo está ya como muy concienciado de esto, entonces el objetivo más largo que tienes son tres días. Sabes que a partir de esos tres días pues lo mismo tienes suerte y puedes seguir adelante o lo mismo hay que volver a guardar los cacharros dentro… es la situación que hay. Lo interesante es que también tengamos conciencia de que realmente se puede hacer casi todo si inventas la manera de hacerlo que sea segura, coordinada y demás…”.
Ya tienen otra anécdota que contar para la segunda edición del libro: celebrar la 30 edición con mascarillas. Este año será como un confinamiento de quedarse en casa, quedarse en los patios. En cierto aspecto es un confinamiento del festival de blues este año. “Para la gente aficionada al blues que viene a Santa María y que tienen oportunidad de ir a clubs y demás, van a ver otra vez el blues más cercano, un blues con menos gente, el público va a estar cerca, dentro de los límites que se permiten, y creo que va a ser muy interesante porque van a ver unos conciertos con mucho color, parte de la fórmula que se ha puesto en marcha con la doble función, con lo cual sin aglomeración puede verlo más gente al mismo grupo”.
Haber pensado en una plaza, en un espacio público, el problema era cómo controlar el aforo porque podían darse situaciones que pones en peligro… “La mayoría de los festivales de blues se han suspendido este año. Muchos cuentan con un espacio como éste, pero al no poder hacerlo tienen que anularlos… La suerte que tenemos nosotros es que en Antequera tenemos un montón de rincones donde se pueden hacer cosas culturales, como los patios, ¡cuatro vamos a tener…! Todos unidos con el patrimonio que tenemos que es siempre lo que hemos tratado de hacer, mezclar el blues con el patrimonio de Antequera”.
Hay un momento, un día, una persona, una reunión clave este año… porque suponemos que de pensar en Santa María para hacer el festival de blues a la opción que han escogido habría momentos de pensar en otras alternativas, en cancelarlo, en aplazarlo… ¿o nunca ha estado en peligro desarrollarlo?: “Siempre ha habido muy buena voluntad cuando hablábamos con el Ayuntamiento de hacer el festival, lo que pasa es que estaba todo el mundo un poco a la espera de la evolución, porque claro, estábamos avanzando un poco y la cosa parece que está mejor. Pero en aquel momento era complicado y había mucha incertidumbre. Nosotros les planteamos varias alternativas y una de ellas era hacerlo en un sitio seguro y con la fórmula de intentar que fuera la mayor gente posible y hacerlo en dos funciones. Para eso hablamos con los músicos que hacen un esfuerzo de hacer dos shows y creo que por eso hemos conseguido que la gente que normalmente viene al festival y a los que les apetezca, puedan ver cuatro grupos en el mismo día”.
El que quiera verlo todo le va a ser complicado, casi imposible. “Va a ser imposible. Los seis grupos no los puedes ver, pero puedes ver cuatro que no está nada mal en dos días”. Viendo a Navi con la mascarilla con el símbolo de los Rolling, vimos estos días en las recomendaciones sanitarias esa imagen diciendo algo así como que ‘los médicos recomiendan vida saludable, no beber, no fumar, no ir a conciertos… y ponían a los Rolling y decían: estos tienen un montón de años y no les ha pasado nada’.
La música tiene esa energía. “Cuando estábamos confinados por las tardes quedábamos un rato por zoom y nos pegábamos un rato charlando… Al principio éramos muy optimistas sobre el festival y decíamos que de aquí a julio esto tiene que acabar… pero iban pasando los días, seguimos hablando y así poco a poco creamos la idea esta que ha tenido muchas variaciones con el paso del tiempo”. ¿Cómo han reaccionado los artistas? Suponemos que por un lado pensaban en su salud… y por otro, si nos ofrecen un concierto o un festival no podemos decir que no… La Cultura es una de las grandes perjudicadas por el COVID-19: “Nosotros tenemos muchos amigos, aparte de las contrataciones que hacemos, llevamos mucho tiempo, no sólo con el festival, con nuestra compañía tenemos mucho trato con los grupos. Hemos estado durante el confinamiento hablando con ellos y había gente que lo estaba pasando muy mal. Uno de ellos metido en un piso sin poder salir y tener muy poco para comer incluso… Eso psicológicamente que se hagan este tipo de festivales con las mayores garantías posibles como se va a hacer va a ayudar mucho, no solo económicamente, sino también le va a ayudar en su moral de que puedan salir con esto hacia adelante”.
Aunque hayan cambiado el nombre este año, pero son 30 festivales de blues en Antequera. Y todo porque les apasiona el blues y la música porque si fuera por dinero o por negocio, muchos dirían yo me quedo en casa y me quito de complicaciones con el riesgo que hay… “Actualmente si se hacen las cosas con cabeza se puede hacer casi todo: ir al cine, ver un concierto, o hacer una entrevista con mascarillas… Lo que hay que hacer es intentar es huir… Yo voy a un bar y si el camarero está sin mascarilla me voy del bar y no entro hasta que pase todo o el tío no se la ponga”.
Conciertos con mascarilla hasta que los grupos estén en el escenario y tengan que cantar
Obviamente en los conciertos lo que es la banda tiene que estar sin mascarilla, porque si no… “Ellos van a estar sin mascarilla solamente en el escenario, están advertidos y son muy conscientes… Creo que ellos quieren dar un ejemplo de que se puede hacer Cultura y Música a pesar de todo esto…”. Además están todos muy concienciados de dar ejemplo, “hablando con ellos, uno de los armonicistas que vienen le dije que todos los músicos en el escenario pueden estar sin mascarilla, menos tú que eres el armonicista, ya que tocar la armónica, que es echar mucho aire para fuera y entonces tienes que tocar con la mascarilla puesta… Y me dijo: ¿Pero cómo va a ser eso? ¿Cómo voy a tocar la armónica con la mascarilla puesta?… Era broma, obviamente. Luego por otro lado, los chavales jóvenes que vienen los ‘Wasabi Cru’ les dije: ‘que sepáis que cuando entréis en el recinto tenéis que estar siempre con mascarilla y que os la podéis quitar en el escenario…’ Y me dicen: ‘Si hace falta también en el escenario, nosotros como sabíamos que nos íbamos a encontrar situaciones de estas, nos hemos hecho nuestras mascarillas con nuestro logotipo de la banda que si queréis nos la ponemos en el escenario…”.
Será todo distinto… Siempre en los finales de las actuaciones de los grupos en Santa María la gente se animaba, se ponía de pie, se acercaba al escenario… ¡Habrá que dejarlo para otro año! “Va a ser un blues más tranquilo, de auditorio, de salón, o como si lo vieras en un teatro, sentado en tu butaca donde puedes aplaudir, puedes gritar si quieres, pero está todo más encorsetado”. Aparte de las mascarillas, si tuviérais que recordar otros años con momentos complicados ¿cuáles serían?: “Uno gordo fue un año que no sabíamos siquiera que lo íbamos a hacer porque no había ningún dinero destinado y hubo momentos ahí que no sabíamos nada. Yo creo que hasta 20 días antes no teníamos la certeza de que de que lo íbamos a hacer. Nosotros siempre hemos dicho que en un festival si nos dan un millón de euros, nos gastamos un millón de euros y hacemos un festival de un millón de euros; y si nos dan 6.000 euros hacemos otro festival también con 6.000 euros… más chiquito… pero lo hacemos, adaptándonos a lo que consigamos”.
¡Estáis locos: hacer cuatro conciertos a la vez…! “Sí, pero es una manera de dispersarlos y de no concentrar a la gente porque también podríamos haber hecho un concierto y decir esto es lo que hay y punto, pero también queríamos dar la posibilidad de que asistiera el mayor número de público posible”.
Recodamos en la presentación del festival se destacó la apuesta por la gente de la tierra y la gente joven: “Esa fue también una propuesta que le hicimos al Ayuntamiento porque alrededor nuestra, los músicos es más fácil que vengan aquí. Nosotros teníamos casi preparado el festival para este año, hablando de palabra con músicos de Navarra e incluso de Barcelona, pero eso no se podía hacer… En tiempos como estos, donde hay que estar es con los vecinos…”.
Así son los grupos del festival de blues del año del coronavirus
Una cita más de casa: “La experiencia que uno saca de esto es decir que haciendo la programación tiras para Málaga y ves que de 30 años para atrás se ha creado una cantera de músicos muy bonita que van a tocar a muchos sitios”.
Viéndolos a los dos aquí me he acordado de una escena del ‘Un, dos, tres’. Yo me permitiría preguntarles… si yo le dijera a cada uno que me resumiera en una frase cada uno de los grupos y de las personas que van a venir a Antequera y lo que van a hacer. “Empiezo con Lito; Lito es la experiencia, viene con una banda buenísima, Suzette que es encantadora y lleva con nosotros en el festival desde el principio prácticamente y suenan muy bien…”, destaca Antonio Blanco.
Por su parte, Navi habla de Richard Ray Farrell: “Digamos que es el blues del barrio de Huelin porque es mezclar un americano con un toque de Andalucía que se le ha metido por dentro y tiene duende en vez de feeling”. Blanco nos presenta a los ‘Wasabi Crub’ que “son una banda joven que no hacen blues, sino que lo que hacen es funky, soul, jazz… En casi todos los festivales siempre hemos traído músicas que provienen del blues, gente que ha estudiado el blues y que después ha evolucionado al jazz, rock and roll…y Wasabi Crub es una banda de gente muy joven que creo que va a gustar mucho a la gente joven, es una manera de decir que la música americana está viva”.‘
The Blue Stompers’ “es la clave de que el blues es un lenguaje universal. Es una banda en la que hay un tío de Chipre, un finlandés, un español y un escocés. Están super conjuntados y llevan un montón de tiempo juntos alrededor del blues”, destaca Navarro. Antonio Blanco sobre ‘The Hill Frecuencies’ destaca que “es un dúo, un matrimonio formado por un chico que toca la armónica, canta, toca la guitarra y con los pies una serie de instrumentos y su mujer toca la batería y hacen un blues muy añejo, antiguo de Nueva Orleans… un acosa muy curiosa también de ver”.
Navi termina con ‘Kid Carlos’ “es un hijo del festival porque ha crecido paralelo a este festival. De hecho, cuando lo trajimos en la Cambayá Reunión aquella que traíamos a guitarristas jóvenes lo trajimos a él y desde entonces no veas lo que ha evolucionado”. Y Antonio Blanco sobre ‘Toto Jazz Band’ que es una “banda de jazz callejera” que se decidió suspender como medida preventiva por el coronavirus y que se prevé traerla para cuando mejore la situación.
¿Qué os queda por hacer o por organizar? “Nos queda volver a la normalidad para seguir con el club. Nosotros vamos a seguir con el blues y hacer cosas de streaming y vídeos que es nuestro proyecto. Y aparte estamos grabando un montón de discos. Vamos a hacer un disco con un invitado que viene también a tocar a Antequera que se llama Troy Nahumco que toca muy bien la guitarra. El padre de ese tío tiene relación con la foto famosa de John Lennon con Yoko Ono metidos en la cama vestidos de blanco en la que hay uno que les está haciendo una entrevista, pues ese tío que los entrevista es el padre de Troy”.
Si os pregunto por cómo está el mundo de la Cultura y la Música actualmente ante esta situación… porque se habla mucho de los ERTE en la hostelería, el Turismo en la Costa del Sol, de las empresas, autónomos, pero el Arte y la Cultura, creemos que es uno de los segmentos más dañados y castigados por esta pandemia…“Castigados primero por eso porque necesita siempre de presencia de público, pero encima además es de las más castigadas porque muchas instituciones el dinero que tiene previsto para Cultura, cuando llega una situación como esta lo gastan en otras cosas que probablemente sean necesarias… Entonces todos los que viven de la cultura pues se quedan que encima que el dinero que más o menos es lo que pueden ir ganando en todo el año con estas instituciones se va eliminando y luego se gasta en otra cosa… Lo que yo estoy viendo en esta pandemia es que se necesita mucha Cultura, no hay nada más que ver las redes sociales… necesitamos todos mucha Cultura…”.
¿Qué le dicen al aficionado al blues?: “El público siempre responde y hay que darle las gracias. Agradecer a Antequera que durante 30 años ha mantenido el festival porque si no hubiera habido una respuesta de público, esto también se ha ido agrandando con gente de muchos más sitios, pero el público de Antequera ha respondido siempre y por eso hay que darle las gracias. Y por supuesto, a todo el que colabora desde electricistas, montadores de escenarios… y todos los que han trabajado con nosotros durante estos 30 años. Estamos muy agradecidos…”.
Hace unas semanas entrevistábamos aquí mismo en Santa María a Juan Benítez, catedrático de Lengua y Literatura y nos hablaba de la Cátedra de Gramática que se hacía aquí. Pues cuando dentro de 100 o 200 años entrevisten al Juan Benítez de dentro de tantos años, sonará que la “cátedra de música” de Antequera que estuvo desde finales del siglo XX y principios del XXI tenía aquí a sus dos grandes profesores, Antonio Navarro y Antonio Blanco, los que han sido capaces de viajar en el tiempo y combinar el templo renacentista y Pedro Espinosa con el blues en las calurosas noches de verano de julio.