Entrevistamos en ATQ Radio-Televisión al nuevo presidente de la Agrupación de Cofradías de Pasión de Antequera, Francisco Ruiz Jiménez, quien se estrena al frente del organismo que fundó su abuelo en 1943.
Nos visitó a nuestras instalaciones de calle Encarnación, muy atento, con ilusión, firme, con esperanza de unir a las cofradías para que sientan la Agrupación como algo suyo, y no como un organismo que distribuye el «cheque» de la subvención, como ha parecido ser en muchos años.
Lo primero que le preguntamos era cómo era su abuelo, Francisco Ruiz Orttga, el fundador de la Agrupación en 1943 y alcalde de la ciudad, como recogen nuestras crónicas de la época: «Mi abuelo era una persona muy amante de Antequera, sentía mucho las cosas de Antequera al igual que mi padre también, pero mi abuelo vivió una época muy complicada, muy difícil, él no quería ser alcalde de Antequera, nunca quiso, eso es verdad porque me lo contaba él en primera persona, porque era una época de post guerra muy dura donde la primera necesidad que había era poder dar de comer a la gente, a mi me contaba que engañaba al gobernador para que no se llevara el trigo, le decía que había menos kilos de trigo, en fin, que tenía él su componenda, y era muy amante de Antequera y un capítulo que él tenía pendiente y que me contaba era el tema cofrade, mi abuelo fue también cofrade, participó, salía muchos años quizá por la familia de mi abuela, en la procesión de los Dolores. Recuerdo que me contaba que tenía una túnica de celador y se la prestó a alguien, no me acuerdo a quién, y ese alguien al tiempo murió de tuberculosis, fue salir en la procesión y a los meses salió, y mi abuelo contaba que automáticamente quemó la túnica porque en aquellas fechas los contagios eran grandes».
El flamante presidente, refleja admiración por su abuelo, del que tantos recuerdos tiene: «Entonces yo lo que me acuerdo de mi abuelo en este sentido era, o lo que me transmitió en aquellas conversaciones, que tuve varias con él porque a mi abuelo le gustaba mucho conversar, es el trabajo tan ímprobo que le costó fundar la agrupación porque en aquella época las cinco cofradías que había, por llamarlas así, que procesionaban, iban como se suele decir ahora absolutamente por libre, iban por libre y a lo mejor un año salían, otro no, había dos años que no salían, eso era la tradición.Mi abuela no era de casino, era muy casero».
Hoy en día, como ayer, la Agrupación siempre ha contado con el Ayuntamiento para organizar sus actos, aunque ya no son la misma persona el alcalde y el presidente: «Magnífica, yo creo que las cofradías y la agrupación, el signo político que haya le tiene que traer completamente indiferente, yo creo que, como ha dicho Ricardo, nuestro alcalde, en muchísimas ocasiones, yo así se lo he oído, que la celebración de la Semana Santa y de las cofradías tiene una connotación religiosa que es esencial, pero al margen de eso tiene una connotación de tradición, de cultura, de riqueza y de conservación del patrimonio que el ayuntamiento ahí debe de estar porque moralmente su obligación es que esté y con nosotros las relaciones son no buenas, excelentes, no hay cosa que no se le pida que si está en su mano la tenemos, y eso dice mucho».
Un cofrade siempre tiene unos inicios, que en el caso del actual presidente fueron: «Yo desde pequeñito empecé a salir en el Socorro, al principio de capirucho que es lo que siempre había planteado, después salí un año de hermano menor en el Señor un tramo, después en la Cruz otro y después en el Socorro, después pasé automáticamente a los Estudiantes, donde salí un año de hermanaco del Cristo de la Sangre, el primer año que yo salí, que era muy bajito y tuve que estar escondido con un taco para aparentar, cuando se salía con túnicas, y después estuve diez años de Hermano mayor del Cristo Verde y al terminar de ser Hermano mayor pues pasé al Nazareno de arriba porque en cierta medida yo le tenía devoción a ese Señor porque mi abuelo fue Hermano mayor del Señor de Arriba, mi abuelo Juan Jiménez, lo fue después su hijo, mi tío Juan y mi abuela Julita era una mujer excepcional, siempre a esa cofradía y a este Cristo le tenía un cariño especial, y quiera que no eso se transmite, es importante que los hijos y los niños de ahora vean en nosotros este tipo de cuestiones porque al final eso es lo que se va a transmitir».
Le ha tocado vivir unos años en los que hay crisis, de la que seguro él, al haber estado muchos años en un segundo plano de las cofradías, ha podido comprobar: «Es cierto que tampoco hay una excesiva decadencia como pudiera parecer, yo la he visto muchos años, como tu dices, desde la acera, a mí me gusta verla en diferentes sitios, desde un balcón y después desde otro balcón, gracias a Dios en Antequera el que no pueda ver una procesión de cerca, no es como en otros sitios que no te dejan acercarte, aquí hay libertad absoluta para meterte; y si es cierto que en el aspecto de fieles alrededor de la procesión si que ha decaído mucho y tenemos que intentar entre todos tomar esa fuerza que teníamos, pero ha decaído porque la gente antes no tenía una vivienda en la playa y ahora la tiene, porque muchas veces la juventud nuestra, creo yo, a lo mejor estoy equivocado, pues estaba muy implicada en el tema cofrade y la juventud de ahora no lo está tanto o hay un número menor de los que había antes y no le interesa y se va fuera de Antequera».
En ATQ Radio, se emite la entrevista íntegra, que podrá leer en las ediciones impresas previas a Semana Santa.