Fisioterapeuta desde 2005, Inmaculada Sánchez Moncayo decidió atreverse con su propia clínica, Fisiosad, en 2010. A día de hoy es una clínica que prospera a pesar de las dificultades económicas por las que atravesamos.
Con esta joven y emprendedora empresaria hacemos un repaso por los comienzos y el origen de Fisiosad que con el tiempo ya es casi un referente en nuestra ciudad: “El proyecto Fisiosad surge en diciembre de 2010, con miedos y temores por los tiempos de crisis, pero por otro lado con mucho apoyo y confianza por parte de amigos, pacientes y familiares. Tras tomar la decisión de que Fisiosad pasaría de proyecto a realidad, aparece el otro 50 por ciento, Úrsula Carmona Vegas, sin ella no hubiese sido lo mismo: formamos un gran equipo”.
La Clínica de Fisioterapia Fisiosad ofrece numerosos servicios que ayudan satisfactoriamente a la recuperación de sus clientes: “Tenemos un abanico muy amplio de servicios como los tratamientos fisioterápicos y rehabilitadores en general, pre y post operatorios traumatológicos, masajes descontracturantes, descarga y relajantes, drenaje linfático manual, readaptaciones después de enfermedades neurológicas, tratamientos circulatorios, lesiones deportivas, manipulación osteopáticas, patologías pediátricas y geriátricas, tendinopatías, esguinces, transtornos musculo-esqueléticos…”.
En cuanto a sus perspectivas de futuro, Inmaculada nos asegura: “No me gusta mucho pensar en el futuro, confío en que el trabajo, la lucha diaria y las ganas de hacer las cosas lo mejor posible todos los días. Es el cóctel perfecto para que Fisiosad siga cosechando pacientes y clientes. En la actualidad estamos abiertos a ampliar nuestra clínica porque necesitamos nuevos profesionales titulados”.
Una gran profesional que avanza con paso firme y decidido hacia nuevos horizontes.