Pocos establecimientos comerciales de la ciudad pueden «presumir» de conservar una trayectoria de más de 100 años. En este caso concreto, el actual establecimiento de «Pedro González e Hijos» tiene sus orígenes enel primitivo taller de reparaciones de joyería de Salvador González García, quien fuera padre de Pedro González Bermúdez, padre éste a su vez de Dolores, María del Carmen y María Francisca González Arjona, abuelo de José Pedro y Blanca Alarcón González o bisabuelo de Lourdes Alarcón Román y Francisco Pino Alarcón.
Esa tradición la coordina en la actualidad José María Alarcón Sánchez, director gerente de la empresa «Pedro González e Hijos S.A.», surgida en el año 1984 suponiendo un «salto brutal» para un establecimiento que en la actualidad puede presumir de tener una cartera de más de 4.500 clientes registrados o de disponer de 50.000 referencias de productos: «Es una enorme responsabilidad llevar el timón de una casa de esta naturaleza desde el año 1900 hasta nuestros días, teniendo en cuenta que siempre debes de pensar en llevar ese timón derecho lo más rápido, seguro y fiable posible a pesar de estar en unos momentos que no sean los más idóneos para nuevas aventuras empresariales».
Hoy, se continúa la tradición artesana de una joyería, platería o relojería que se ha convertido en sinónimo de valores comerciales tan importantes como garantía, confianza, seriedad, trabajo, respeto, trato directo y especializado y los mejores precios en su amplia oferta: «Recuerdo un ejemplo que suelo dar en el que tenemos una mesa con unos clientes alrededor, un abuelo, el hijo y el nieto. Yo digo que no me interesa vender nada absolutamente al abuelo, sino que me interesa que esta casa le siga atendiendo a sus nietos y sus bisnietos, porque será señal de que en su día no lo haríamos tan mal con el abuelo».
Todo ello, apoyado con un amplia oferta expositiva –platería, joyería, relojería, mantelerías, lámparas, imaginería, muebles, decoración– y en la importancia de disponer de un taller de orfebrería y platería cien por cien artesano: «La profesionalidad debe ser fundamental. En nuestro caso todos nuestros trabajadores han sabido montarse en el carro de la cualificación y la calificación. Eso hace posible que desde que se funde el metal hasta que se termina la pieza, el proceso es totalmente artesanal, algo que no es fácil encontrar en nuestro sector en los momentos que corren».
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