Diariamente, en esta profesión, te encuentras con cientos de noticias; algunas guardas en tu mente, otras pasan a formar parte del disco duro de nuestra memoria. Otras, sin embargo, te calan hasta el fondo, como esta entrevista a la antequerana Teresa González Artacho, madre de acogida de Hogar Abierto.
Esta institución se ponía en funcionamiento en 1998 como Institución Colaboradora de Integración Familiar (ICIF). Se trata de que distintas familias ofrezcan un hogar a menores que son tutelados por la Junta de Andalucía.
Teresa conoció la experiencia de unos amigos y sin pensárselo, pasó a formar parte de las cinco familias que en Antequera tienen acogido a un niño o están a la espera de ello: “Todo fue por casualidad, conocía a aquella familia que era de acogida y me comentaron cómo es, y contacté con Hogar Abierto. Desde allí te lo facilitan todo, documentación que hay que preparar, que es muy sencilla; haces los cursos, la entrevista con los psicólogos, la modalidad que quieres hacer, la visita a tu casa y la llegada por fin de la idoneidad. A los dos meses de finalizar los trámites, ya tenía mi primera niña. La verdad es que es muy rápido, fue todo en menos de un año. Junto a tener mis hijas, ser madre de acogida es lo mejor que hecho en mi vida”.
De aquella primera experiencia Teresa se muestra muy contenta: “Mi primera niña tenía 4 meses cuando la acogí. Y mis niñas estaban contentísimas con ella, han aprendido mucho y lo siguen haciendo hoy día. Se le dio una segunda oportunidad. Lo malo fue a la hora de separarme de ella, pero en este caso, ella ahora tiene unos padres adoptivos que la quieren, tiene un futuro, y aunque lloré mucho aquellos días al separarme de ella, sé que iba a estar en buenas manos”.
Muy distinto es ahora el momento que vive: “Sí, tengo a mi niño, con dos añitos y con parálisis cerebral. Estoy aprendiendo día a día con él. Es un caso distinto, especial porque sé que él volverá con su familia que ahora no podía hacerse cargo de él”. Para este tipo de acogimiento se cuentan con familias profesionalizadas que puedan atenderlo mejor, pero Teresa aclara “no había ninguna disponible y me preguntaron si podía hacerme cargo de él, y no lo dudé”.
El acogimiento de urgencia, el que ella tiene, “es más duro. Es una retirada rápida. Tienes que estar disponible 24 horas muchas veces. Por eso hay un período en el que estás de guardia con Protección de Menores y Policía Nacional, que suele durar 15 días, y te pueden llamar a cualquier hora para ir a buscar a ese niño”. Además desde Hogar Abierto hay un contacto permanente entre las familias y ellos: “hay un teléfono de 24 horas por si necesitas algo, y además tienes el teléfono de la trabajadora que lleva a tu niño, y puedes hablar con ella en cualquier momento”.
Junto al acogimiento simple y el profesionalizado, están el simple y el permanente. El simple es para menores de 6 años que estarán con la familia como máximo 9 meses. A partir de ese tiempo, pasaría a ser permanente. También se puede acoger a grupo de hermanos. Para ser una familia de acogida los requisitos son ser mayores de edad, pudiendo ser una familia monoparental, biparental, homosexual, heterosexual… y terminar pasando el proceso de evaluación. Como dice ella: “familias que den una segunda oportunidad, solidarias. Es importante quién te da la vida, pero también quién te enseña a vivir”.
Enorme el corazón de cada familia que da todo el cariño que estos niños necesitan. ¿Quiénes serán los siguientes?