Durante años, la Fisioterapia se ha visto acaparada por el uso abusivo de aparatos de electroterapia, termoterapia y sistemas de mecanoterapia obsoletos y anclados en el pasado.
Hoy en día, numerosos estudios científicos desmitifican muchos de estos sistemas y ponen en entredicho la efectividad de aparatos tan explotados como los ultrasonidos o la onda corta, los cuales, según dichos estudios, tienen un efecto placebo y son tan efectivos como si se aplicaran sin conectarlos siquiera.
Por suerte, en los últimos años, se ha producido un auge del Fisioterapeuta interesado en la terapia manual. Profesionales titulados, basados en la evidencia y la ciencia, que cada vez más, prescinden de tanto artificio para emplear técnicas ostepáticas, miofasciales, de tejidos blandos, de cadenas musculares… Profesionales que emplean muchas horas, esfuerzo y dinero en formarse para realizar estos tratamientos con la máxima calidad. Fisioterapeutas, que ahora sí, utilizan los aparatos como recurso complementario a su tratamiento manual, y no como alternativa a éste.
Parte de estas técnicas y conceptos manuales son la Osteopatía y la Terapia Miofascial. La Osteopatía es una disciplina basada en unos pilares fundamentales, que giran en torno a la premisa de “La estructura gobierna la función”. Resumidamente: un sistema corporal bien equilibrado, es un sistema que “funciona bien”, y por ende, es un sistema carente de sintomatología.
Por tanto, a grandes rasgos, busca devolver la movilidad y el equilibrio a aquellas estructuras que lo han perdido, a nivel estructural, craneal y visceral. Por otra parte encontramos la Inducción Miofascial, que con un objetivo común, como es recuperar el equilibrio funcional del cuerpo, emplea técnicas dirigidas al tejido conectivo para liberar las restricciones del sistema miofascial. Estas restricciones son producidas tanto por traumatismos como por sobrecarga, factor en el que cobra especial importancia la postura corporal. El síndrome miofascial se caracteriza por un dolor sordo difícil de localizar, acompañado frecuentemente de trastornos del sueño, fatiga, alergias y rigidez matutina.
En Fisiodent trabajamos desde este concepto, utilizando la terapia manual como herramienta principal. Estos tratamiento de fisioterapia manual deben estar centrados en una correcta y minuciosa evaluación y diagnóstico, así como en la elección adecuada de las técnicas.
Además, conjuntamente, ofrecemos un tratamiento integral de los problemas de la articulación mandibular (ATM) y sus síntomas asociados: dolor de la articulación, limitación de movilidad, zumbidos y dolor de oido, dolor de cabeza y crujidos, entre otros. Infórmese en el 952 73 97 34.
