Hay cantantes que en sus letras tienen sentimiento antequerano, como el que Rafael Ladrón de Guevara aporta a varias figuras, como ‘Las Carlotas’, ‘El Mani’, Manuel Orta o recientemente Miguel de Tena, quien en su disco “Fandangos de Cacería” las incorpora en los temas “Mis niños lo que más quiero” y “Siguió a la vera mía”.
Rafael, hijo de Encarnación Flores Ortega y Antonio Ladrón de Guevara Mateos, es el más pequeño de siete hermanos. Nació el 20 de julio de 1954 en la calle Comedias.
Tiene una hija, María Teresa, que le ha dado sus dos mayores alegrías: dos nietos, Teresa y Cayetano. Nuestro eterno director lo denominaba como “el rapsoda antequerano”, siendo el “cantautor que más ha cantado a Antequera”, nos destaca el artista.
Con 15 años, “escribí por primera vez cuando trabajaba en un almacén de pienso. En verano iba por la zona del paso a nivel de la Verónica y escribí sobre el trabajo en el campo andaluz”.
Pero si tiene que elegir una edad y un tema fue con 26 años, “cuando escribí una plegaria al Señor del Mayor Dolor. Al terminar la procesión, una noche con mucho frío y viento, vi al Señor y le dije lo que sentía por Él”. Ahora trabaja para dedicarle una marcha procesional con esta antigua letra.
Tras trabajar en una cadena de hoteles, en Aguas del Torcal y afrontar los retos de la vida, busca trabajo, escribiendo de sol a sol, sacando a relucir su don de improvisar y encontrar la rima a cualquier tema que se proponga. Bohemio poeta, sueña con una Antequera con encanto.
Su día a día
Con su lápiz en mano y hoja en blanco, Rafael camina por las calles de Antequera para encontrar una inspiración que le haga escribir de sus “vivencias, mi madre, mi padre, los hijos, los nietos, la mujer antequerana, los monumentos de Antequera, a los titulares de la Semana Santa, al Cristo de la Salud y de las Aguas y al Señor de la Verónica”.
Considera que la vida “es causalidad y no casualidad. La poesía es lo mío, aunque sé música, no sé escribirla, pero es lo mío. Yo improviso, escribo con lo que me sale del alma”.
Define a “Antequera como algo único. Si El Torcal estuviera en Estados Unidos, tendría un teleférico… quizá nos falta más promoción y que nos quieran donde tienen que querernos”.
En su mirada, esconde la figura de un pregonero que sueña con exaltar la belleza e historia de su feria. ¿Faltará mucho para escucharlo algún año?