Que la Escuela de Hostelería ‘El Henchidero’ es a día de hoy una mina laboral para muchos alumnos no es un secreto. Tampoco lo es, que su éxito se debe, en gran medida, a la ambición de personas como Jorge Roldán, un joven pamplonica criado en Granada que decidió aventurarse en el arte de la gastronomía.
“Desde pequeñito me ha gustado mucho lo que es la cocina en general. El año pasado comencé un grado superior de Administración y Finanzas y no me gustó, entonces por no estar parado me metí a trabajar en una cocina y ahí es donde me empezó a gustar todo lo relacionado con la gastronomía. Vi que había un grado superior de Dirección de Cocina y dije a por ello”.
Sin nada que perder, con toda la ilusión del mundo y un sueño por cumplir, llenó sus maletas de optimismo rumbo Antequera para labrarse un futuro laboral entre fogones.
“El ciclo me está ayudando tanto en lo personal como en lo profesional, porque vengo de fuera, estoy aquí solo, siempre he estado en mi ciudad, y este lugar me ha dado buena impresión desde el primer día, la gente es muy agradable y me están ayudando mucho”.
El día a día de Jorge en ‘El Henchidero’ es, al igual que para el resto de sus compañeros, muy completo: “Siempre estamos haciendo elaboraciones, todos los días entramos en cocina y profundizamos en todo lo que tiene que ver con las elaboraciones culinarias”, cuenta.
Un Grado Superior de Cocina que se completa con las asignaturas de control y cuidados de higiene, aprovisionamiento de materias primas, inglés y formación y orientación laboral.
La ‘cantera’ culinaria viene pisando fuerte
Como todo cocinero, Jorge siente predilección por un plato, que en su caso es el arroz en paella. No cierra la puerta a nuevos retos profesionales en el extranjero y aspira a convertirse en un reputado chef: “Quiero abrirme a muchos campos, probar en restaurantes, hospitales y ser chef ejecutivo para controlar distintos hoteles”.