Sí. Mucho más. He recibido por vía urgente el número extraordinario de Semana Santa de “nuestro Sol” que me he puesto apresuradamente a leer. En el mismo envío me llegó el número normal de “El Sol de Antequera”, correspondiente al sábado 16 de marzo de 2024. Mucho voy a tener que leer, pausadamente, y –con toda seguridad–, algún tiempo voy a dedicar a aprender de todo lo que lea. De entrada, diré que la calidad y densidad del suplemento extraordinario le habrían parecido bien incluso a nuestro Ángel Guerrero ¿qué más se puede añadir? Sólo me falta leerlo con calma y escribir algo más. Mientras tanto, no quiero dejar pasar demasiado tiempo; el extraordinario es algo monumental que hay que ver con rapidez y leer ya.
El llamado Índice del Especial de Semana Santa de Antequera de 2024, del propio suplemento, ayuda a ese “ver con rapidez”. En él aparecen personajes importantes en mi vida; unos, ya desaparecidos como Antonio García Cabello, Federico Esteban Vilchez y Ángel Guerrero Fernández; otros, muy actuales, como Juan Campos y Jesús Romero, historiadores de Antequera; otros, artistas muy cercanos como Ángel Calle quien con su Virgen de la Soledad le “puso en bandeja” a Salvador Cruzado esa presentación…
Veo también a artistas insignes como Antonio Montiel y Cristóbal Toral, y no dejo de lado a “mis” escritores como José María Alarcón, María Ramos y Javier García Quintana. He seguido aprendiendo, también de mis amigos Juan Benítez y Carlos San Millán; y de Juan Félix Luque, con quien no tengo aún amistad. Y no quiero dejar de mencionar a quienes con su arte han conquistado –sin proponérselo– Antequera (Cristina González y Antonio García) y Málaga (Ángel Sarmiento). Alcalde, presidente-mujer de la Agrupación de Cofradías, Arcipreste de la Agrupación, la “soñadora” María José Roldán, de Santa Eufemia, que soñó con una ciudad barroca como la nuestra, sin olvidarse prolongar su sueño y llegar en el mismo hasta un Cristo Resucitado…; todos tienen su sitio en ese Especial de nuestra Semana Santa antequerana.
De lo leído quiero resaltar algunas cosas: José María Alarcón expresa sus sentimientos desde La Citarilla, y describe cómo sube hacia allá despacio, desde su casa en calle Lucena, y recuerda a la Citarilla mirando al Cielo con esa singular sonrisa fijada, a la espera de que los pasos de las dos Vírgenes, Paz y Socorro se encuentren, y el encuentro quede plasmado en la inolvidable foto de A. J. Guerrero que acompaña al texto.
Quiero agradecer a María Ramos su recuerdo de la otra gran María, cuando “superado su asombro, y entregada plenamente a los planes divinos” dice al ángel Gabriel: He aquí la esclava del Señor, según nos cuenta el evangelista Lucas… Gracias por la lección de historia de Javier García Quintana referente a las cofradías gremiales en nuestro pueblo; esas cofradías que hunden sus raíces en la Baja Edad Media, como agrupaciones de artesanos y comerciantes, con fines muy concretos…
Y cómo no agradecer una vez más a mi amigo el profesor Juan Benítez sus conocimientos y erudición, esta vez sobre el dicho “Salga el sol por Antequera”, ya analizado en el pasado por otros ilustres escritores como Muñoz Burgos y Fermín Requena, y al profesor Carlos San Millán, quien nos hace unos Apuntes históricos sobre las novenas en la Basílica de Santo Domingo entre los años 1881-1925. Le diré a mi amigo, el profesor San Millán, que posteriormente a 1925, hubo también muestras de oratoria sagrada, a las que yo solía asistir, por “recomendación” de mi propio padre.
Excelente, el trabajo histórico de Juan Félix Luque, sobre “la ropa de armadilla”, y el origen del tradicional hábito cofrade antequerano… Nos trae a nuestra memoria cultural la expresión “El capuz de loba y chia”, recordándonos que el capuz de duelo original –anterior a los Reyes Católicos– estaba confeccionado de una sola pieza…
Pienso “volver” con más detenimiento sobre este valiosísimo Especial de la Semana Santa de Antequera. Es una joya histórica, extraordinariamente ilustrada, y adornada con lo mejor que ha dado nuestro pueblo de artistas y escritores. Es un Especial de Semana Santa, confeccionado por A. J. Guerrero, y bendecido desde “arriba” por mi desparecido amigo Ángel Guerero.