sábado 27 julio 2024
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Antequera ofrece su espíritu y su espacio a los cuatro vientos

Cuánta luz que la noche alumbra, color de silencio que a él alba espera, aire limpio que despacio transita cargado de ilusión, de amor, de besos que se disuelven impresos en cada flor, cuyos sentidos vuelan en golondrinas de amor. Son las horas del silencio, la soledad, el pensamiento quien camina bajo la luz del sueño. Desde la Ermita del Cerro de Vera Cruz, hasta el Portichuelo, desde el Reloj y su Castillo, hasta la Cueva de y su conjunto Dolménico, desde el Corazón de Jesús, hasta el Nacimiento de la Villa, desde el Arco de la Puerta de Granada, hasta el Parque de la Negrita, pasando por ese paseo desde Los Dolores, Santiago, Santa Eufemia, el Infante Don Fernando o el Capitán Moreno, todo es luz que derrama su gloria infinita en ese mar tan verde de mi Vega, esa labriega y cantaría, multicolor donde la Primavera, cada año renueva su color, su paisaje, parece como todo nuevo, es colo un mar de sueños.

Es la Vega, esa bendición de Dios que concedió a esta Noble Ciudad para su sustento, y también la adorno, con su beneplácito a través de los tiempos, de hermosos rincones, donde dejar volar nuestra mente, nuestros sueños, nuestra imaginación. Todo es un momento, ese instante de tiempo que es una contemplación, su fugacidad, a nuestra vista es tan efímera como la gota de lluvia. Esa gota piensa que es río, sin saber, sin pararse a pesar que será mar. La belleza, está en contemplar la belleza, es tan sumamente natural como la poca diferencia que existe entre la noche y el día, esta diferencia es sólo un pequeño y volátil espacio de tiempo. Esto, me induce a reflexionar sobre la Filosofía, que es el pensamiento, que cree,que todo lo sabe, y a veces lo expresa quizás sin decir nada, o en otro caso expresa una verdad discutible.

Recordando unas palabras que he visto en Red social,el reverendo don Antonio Fernández, nos dice que el silencio también habla, y muy humildemente yo le contesto que el silencio es lo más charlatán del mundo, a veces deja sin sentido a los duendes que habitan en un pobre cerebro de espíritu como el mío,por ejemplo, para no descalificar a nadie. Hay un pensamiento de mi buena amiga Mari Carmen Rodríguez, que he podido leer en su red social, en la cual se expresa y transcribo literalmente: “Que no nos falte la capacidad de soñar y de proyectar, de valorar una sonrisa, una mirada, una caricia. Que no nos falte la actitud positiva, aún cuando los vientos no soplen siempre a favor”. Cuánta verdad querida amiga en su texto. Cuando los sentimientos asaltan a la mente, sólo la cordura del corazón es el que pone un poco de orden en todos ellos, a fin de que nuestra alma esté en paz con todo este orbe. La vida nos lleva de una manera tan acelerada, que no nos da tiempo a mirar la hora de ese reloj que todos llevamos en nuestra muñeca.

Qué le importa a nadie el silencio de mi sillón que con su pequeño balanceo ayuda a calmar mis nervios, dentro de ese sopor que el sueño a medias nos deja. En cada vaivén deja la mente transportar a otros parajes, en esas playas de arenas blancas, palmeras y cocoteros, junto a un mar verde esmeralda, sueños, recuerdos que se viven,que se sueñan en ese sueño imposible de tan cierta verdad al despertar. Tanto los amaneceres como las puestas de sol, son tan inmensas y tan bellas, que de una a otra salta en un espacio de tiempo, sin apenas darte cuenta, pero sobre todo, en esas noches de luna llena, por ejemplo la de Agosto, esa que hace vestir de gala a La Peña, en su contemplación, es como caer en los tiempos, donde ellos y tú, se pierden por los caminos de la memoria, del amor.

Cada minuto, es un espacio de vivencia que hace elevar tu espíritu y poner tu alma en esa calma que a veces tanto se necesita. No nos damos cuenta que el tiempo se nos escapa, como el agua entre los dedos de nuestras manos. Hace nada, pero nada, eran los villancicos, después la Saeta, el Rocío y ya para nosotros la Feria de Primavera. Todo pasa tan rápido, y más a esta edad, que sólo doy gracias a Dios por lo vivido y por este día de más que me concede. Mírate en el espejo de los recuerdos, verás de aquella mirada que como cuchillos rasgada tu alma, nublada tus sentidos, dejándote en una lucha entre el deseo y la pasión, y el corazón y la mente en constante combate. Cualquier música romántica te lleva al desastre de aquellas recuerdos que tanto daño te hicieron, o por el contrario te hacen renacer desde tu alma, la sonrisa de aquel primer beso de amor. Ese agua de lluvia que golpea el cristal de mi ventana, en cada gota que resbala, es un pensamiento que ya se marcha convertido en amalgama contras gotas, Configurando un riachuelo, ese que se lleva las verdades más ocultas del ser humano.

Cuánta lágrima de dolor y cuántas de alegrías, todas llega a mezclarse con esas gotas de lluvia las que van a para a ese riachuelo que más tarde se unirá al gran cauce de ese inmenso río, el cual tan alegre acude al matrimonio que ya le espera, ese mar que lo recibe con los brazos abiertos para fundirse en ese océano infinito. Quisiera terminar con una profunda reflexión a la que me ha llevado mi entrañable y extraordinaria persona, académico de la Real de nuestra ciudad, sobre la denominación que en su día bauticé, pobre y atrevido de mí, a dos recintos: a la plaza de toros le puse La Guapa, y a la Peña, El Indio Dormido. Pues como les digo, mi buen amigo don Juan Campos, me ha devuelto, en esa reflexión tan profunda, a ver una realidad, quizá que en su día no pude apreciar, y que gracias a él hoy y para siempre será mi Peña de los Enamorados bastión histórico cargado de leyendas de amor. Y claro en estas vísperas cómo no brindar, alcemos nuestras copas con vino Tío Pepe de Jerez, o con Manzanilla de San Lucas, o el oloroso de Montilla.
Vivamos pues para degustar esa lucha de jamón de Huelva, esos tigres, esos langostinos, o esas chirlas de Almería, o esos vitorianos y espetos de mi Málaga, regados con ese aceite de mi Jaén y su verdor, todo ello con el color de ese patio de mi Córdoba o ese aire a flor de naranjo de mi Sevilla, o perdernos en el embrujo de Granada, pero siempre con una sonrisa picaresca de Cádiz, y por todo ello brindemos esta Feria de Primavera en Antequera donde todo el mundo en bienvenido y que lo pasemos lo mejor que podamos. ¡Salud para todos!

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