sábado 18 mayo 2024
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¿Quién teme a la destrucción creativa?

En la esperanza de que los dólmenes de Antequera lo sean pronto del Mundo, como merecen, hago estas consideraciones.
 
  Parece ser que el Centro de Interpretación//Sede Institucional, desmochado o no, va a mantenerse en pie. Y uno se pregunta: si su presencia –en el entorno inmediato de Menga– ya es para todos un manifiesto despropósito. ¿Qué impide terminar con ella? ¿Acaso se espera disimular su impacto con rebajar la altura o poner árboles en derredor? A Menga no se le engaña. Ni la UNESCO creo que trague.
 
  El tema es una patata caliente que dura ya veinticinco años. Y esto recuerda, en otro plano, lo que el economista J. Schumpeter afirmaba: que nada, desde el Neolítico a la era industrial, obstaculizó tanto el progreso sostenido como el temor a la “destrucción creativa”. Y tiene su lógica perversa: la del que, estando en posición ventajosa, dice preferir lo malo conocido (para otros), si lo bueno por conocer amenaza su propia estabilidad. El refrán se las trae.
 Pues aquí, volviendo a los dólmenes, la demolición de la mole pondría en evidencia  (eso es “lo malo”) el desacierto de la Junta que, in illo tempore y con toda buena voluntad, decidió ubicar aquello allí (que parecía bien lejos), y no sabe ahora cómo gestionar la vuelta a “lo bueno por conocer”… para la pobre Menga. Y, eso –que un político entone el mea culpa para desbloquear un tema– dicen los que son lo bastante cínicos, no ocurrirá jamás. El sostenella y no enmendalla… ¡Pues vaya tropa! 
 
  Pero ni ellos, con su demolición cosmética, ni los que echan cuentas de lo que costó aquello en su tiempo, quieren hacer el favor de enterarse de que hay tan poca contradicción entre los términos “destrucción//creativa”, como la que se da entre romper huevos//hacer tortilla. 
Y, si toda creación pasa por la inevitable destrucción transformadora ¿podrá alguien negar que, tratándose de un paisaje maltratado, lo más creativo es restaurarlo en su dignidad? Menga merece esa demolición. Y un aplauso  quien se atreva.
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