En esta época de ponderaciones y resiliencias varias (modas socio políticas de intereses partidistas, por desgracia), cuando las ideologías alcanzan la cúspide del populismo, no hay cosa peor que mirar como la vida nos va apartando a los mejores, a aquellos y aquellas que desde su campo profesional han aportado sin necesidad de etiquetas, ni memeces al dictamen de la moda o la política, algo positivo a la vida de todos. Solo sus actos, su forma de afrontar la profesión o vida personal, ha sido el ejemplo hacia la sociedad. Valores como el trabajo constante, la superación, la disciplina… el simple amor y dedicación esmera a lo que realizas a diario, ha sido suficiente.
En nuestro cielo, desde hace días, brilla con luz propia, como siempre, la estrella y recuerdo de Concha Velasco. Una actriz de extenso registro dramático, que desde pequeña quiso ser artista y cuya cara marcó diferentes épocas, y eso no es fácil. Hasta sus últimos días nos estuvo regalando su don. Nos hizo reír, llorar, reflexionar en teatro, cine y televisión. En el proyector de nuestra memoria cinéfila nos quedará para siempre los mágicos momentos que nos hizo vivir como chica de la Cruz Roja, un día de los enamorados, o sus interpretaciones en “Estudio 1” de TVE; pero siempre tendremos presente una de las mejores interpretaciones realizadas en una serie de producción española, “Santa Teresa de Jesús” (1984).
De todos sus logros, premios, medallas y méritos a una vida consagrada a la interpretación, Concha Velasco tiene el mejor de los galardones, formar parte de la historia de las artes interpretativas de España. Y su secreto, nos lo hacía llegar continuamente en el estudio y dedicación de cada uno de sus trabajos. Sabíamos que a su profesión y a su publico le repetía sin cesar cada día de su vida… “Que te quiero de verdad”.
