viernes 3 mayo 2024
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El melenudo Sansón

El juez más célebre es Sansón. El ángel de Yaveh le dice a una mujer, casada y estéril, que va a concebir y parir un hijo. El niño será nazareo, consagrado a Dios, desde el vientre de la madre, por lo que nunca podrá afeitarse ni cortarse el pelo de la cabeza. Su fuerza radicará en su pelo largo, señal de su consagración a Dios. Librará a Israel de los filisteos. 

A Sansón le gusta una mujer filistea. Cuando va a verla, mata un león con sus manos. Unos días después, ve un enjambre de abejas con miel en el esqueleto del león. Se casa con la filistea. En el banquete, Sansón propone a los mozos invitados un enigma: “Del que come salió lo que se come y del fuerte, la dulzura”. La mujer de Sansón le insiste para que le diga qué quiere decir. Al fin, Sansón le explica que se refiere al suceso del león y las abejas. La esposa comunica la solución a los invitados al banquete.  Entonces, Sansón mata a treinta filisteos para despojarlos de sus túnicas y dárselas, según lo convenido, a los que habían acertado el enigma. Se vuelve, enfadado, a casa de sus padres. 

Días después, va en busca de su mujer a casa de los padres de ésta. El padre le dice que creía que la había aborrecido y que la ha entregado a otro hombre. Sansón siente que no tiene culpa si hace daño a los filisteos. Atrapa 300 zorras –número lógicamente exagerado–, las ata de dos en dos por las colas, pone una tea ardiendo entre las colas y suelta los animales por los campos. Los trigos y los olivares arden. Los filisteos queman a la mujer de Sansón y la casa del padre de ésta. Sansón se venga y mata a muchos filisteos. Después se refugia en una cueva. Los filisteos consiguen que, para evitar represalias, los judíos le entreguen a Sansón atado de manos. Cuando van a apresarlo, Sansón se deshace sin dificultad de las ligaduras, coge una quijada de asno  y con ella mata a unos mil filisteos –cantidad exagerada de nuevo–.

Después, Sansón ama a otra filistea, Dalila. Los filisteos le ofrecen dinero para que averigüe dónde radica la fuerza de Sansón. Ella se lo pregunta una vez y otra. Pero el forzudo hebreo le da respuestas equivocadas. Hasta que, por fin, le revela que si le rapan las trenzas de la cabeza, quedará con las fuerzas de un hombre cualquiera. Dalila lo duerme sobre sus rodillas, manda a un hombre que le corte las trenzas y avisa a los filisteos para que lo atrapen.

Los filisteos lo meten en la cárcel, le arrancan los ojos y lo encadenan. Hacen una fiesta en su templo. Llevan allí al preso para que baile y así burlarse de él. Entonces, Sansón invoca a Yaveh: le pide que le devuelva su fuerza una vez más. Sacude las dos columnas centrales del templo con tanta violencia que el edificio se desploma sobre los filisteos que abarrotan el templo y sobre él. Todos mueren.

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