El pasado 9 de junio recibíamos la triste noticia del fallecimiento de doña Carmen Pozo Lanzat, quien terminaba con su misión en la tierra tras 91 años de vida. Viuda que fue de don Julio Matas Macías, matrimonio referente en la devoción del Señor del Rescate que educó y formó en valores a sus hijos, siguiendo el ejemplo cristiano de vivir el día a día con la fe.
Carmela, como se le conocía cariñosamente, creció bajo la fe del Señor del Rescate, como también tuvo el que sería su esposo Julio. Se casaron y tuvieron en La Trinidad un punto de encuentro, de vida, de tener a sus dos hijos. Eran años hermosos de momentos y vivir, pero muy joven, en 1983, quedó viuda, pero ella siguió adelante con su fe, sus hijos y el negocio familiar de la mercería en calle Calzada. No hay mayor testimonio de fe que cuando se presenta una cruz en nuestras vidas. La señora Pozo Lanzat superaba la adversidad y como demuestran todas las madres y abuelas de esa época, no había motivo para quejarse, así era la vida y donde había un problema, ella encontraba una solución.
Se jubiló en la tienda y renació en ella la felicidad con la llegada de los nietos que tantos buenos momentos compartieron con ella. Su sonrisa permanente era reflejo de estar agradecida por la vida. Pasó sus últimos años de vida en la Residencia de San Juan de Dios, formando parte de esa gran familia atendida por los religiosos y colaboradores, dando constancia de lo que es Antequera.
Desde estas líneas, nuestro pésame a sus hijos, nuestros queridos amigos Julio y María Carmen; hijos políticos, nietos y toda la familia y amigos que lamentan su pérdida. Carmela ya habrá conocido lo que es vivir con el Padre, allá arriba, esperándole desde hace muchos años Julio, su marido, fundiéndose seguro en ese abrazo eterno del amor que las familias cristianas atesoran como ellos evidenciaron.