El pasado 20 de diciembre fallecía a los 93 años, doña Carmen Lebrón Rosas, una abuela muy querida entre sus amigos, familiares y vecinos, ejemplo de trabajo, sacrificio y entrega en su vida, que superó toda adversidad y supo estar siempre rodeada de los suyos.
Carmen empezó a trabajar muy joven en el Cortijo Pelapanes donde conoció a su marido Manuel González Mejías. Se enamoraron y se casaron en 1954, de cuyo amor nacieron sus hijos: Manuel Isabel y Rafael, con quienes siguieron avanzando en su día a día. Empezaron a vivir en la calle de La Vega y de allí partieron a la calle del Río, en el Barrio del Carmen.
Un lugar donde se dejó querer por estar siempre a disposición de quien la precisaba. Quedó viuda y encontró en sus nietos el gran empuje para encontrar una nueva ilusión. Memé, Virginia, Jesús, Celia, David, María Laura, Isabel María, Yohana y Alejandro eran su gran tesoro por seguir viviendo y el tema de conversación con quien se veía para presumir de todos ellos.
Y el pasado 20 de diciembre, rodeada de toda su familia a la que tanto quería y como ella siempre deseó, partió en paz y con el Señor de la Verónica a descansar y ser un nuevo ángel de la guarda de su familia y de su barrio.