viernes 22 noviembre 2024
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La estación florida

El antropólogo Julio Caro Baroja incluye entre los periodos festivos del año la primavera, también llamada la estación florida, en la que el ser humano ha tenido un especial interés en disfrutar y en olvidar esos momentos negativos que la vida, en general, nos suele ofrecer, y que todos tendemos a obviar o a olvidar.

 

Pasando por alto el hecho de que estas concepciones o celebraciones, festivas o tristes, siempre dependiendo de la época del año, hoy ya se consideran desaparecidas o, al menos, ignoradas, porque la vida ahora nos ofrece otras diversiones que implican menos a las personas, ya que pasan de ser activas a ser pasivas, tenemos que considerar que las fiestas tradicionales no son despreciables en absoluto. 

Incluso, Caro Baroja cree que “existe alguna razón para conceder una clara superioridad a estas fiestas y diversiones de antaño, frente a la mayoría de las actuales”. Llega también a  advertirnos “Ya a la vuelta de unos años, cuando ya no existan aldeas ni villas regulares y la vida de la gente esté matematizada y programada de acuerdo con las exigencias tiránicas de la técnica, en su marcha ciega hacia la felicidad, de la técnica creada en los sitios más lejanos y heteróclitos, veremos si la tendencia destructora actual en que están de acuerdo tanto las sociedades como los que de ellas hacen objeto de estudio, es tan útil, natural y necesaria como se dice y repite. Lejos de mí, la idea de preconizar una campaña “reconstructora”; quede eso para arqueólogos y restauradores. Lo único que quiero es señalar que un aparcamiento, como el que realizan los hombres actuales de la naturaleza y de los ambientes naturales, puede traer graves consecuencias y que de las exaltaciones naturalistas de las sociedades antiguas podemos y debemos extraer más de una lección”.

También nos aclara Caro Baroja la constitución del año cristiano o año litúrgico teniendo siempre presente a Cristo: “El año cristiano es, así, ante todo, una especie de constante manifestación de Cristo, que se expresa en el ciclo temporal de los domingos, Pascua, octava de Pascual, Semana Santa, Pentecostés y su octava, la Asunción y la Fiesta de la Cruz”. 

Estamos, pues, en los días posteriores a la Pascua de Resurrección, o Pascua Florida, aquella que Antonio Machado definió así: 

Mirad: el arco de la vida traza

el iris sobre el campo que verdea.

Buscad vuestros amores, doncellitas,

donde brota la fuente de la piedra.

En donde el agua ríe y sueña y pasa,

allí el romance del amor se cuenta.

¿No han de mirar un día, en vuestros brazos,

atónitos, el sol de primavera,

ojos que vienen a la luz cerrados,

y que al partirse de la vida ciegan?

¿No beberán un día en vuestros senos

los que mañana labrarán la tierra?

¡Oh, celebrad este domingo claro,

madrecitas en flor, vuestras entrañas nuevas!

Gozad esta sonrisa de vuestra ruda madre.

Ya sus hermosos nidos habitan las cigüeñas,

y escriben en las torres sus blancos garabatos.

Como esmeraldas lucen los musgos de las peñas.

Entre los robles muerden

los negros toros la menuda hierba,

y el pastor que apacienta los merinos 

su pardo sayo en la montaña deja.

Por todo esto, no es de extrañar que durante la primavera  se celebren las fiestas más importantes y que, como es lógico, sea la naturaleza la protagonista de todas ellas. Abril y mayo serán los meses más festivos de nuestro calendario. Se repetirán y repartirán por doquier las romerías –san Marcos, san Isidro, la Feria de Abril de Sevilla, el Rocío, la Virgen de la Cabeza, el Palo Mayo, la Fiesta de la Cruz, etc. El campo servirá para divertirse y para celebrar todos estos acontecimientos. Ese campo florido, de ahí la Pascua Florida, dará ocasión para celebrar esa costumbre, repetida en muchas poblaciones, de adornar un palo seco con flores para conmemorar la llegada de la primavera, en muchos casos representado por una cruz desnuda que se viste en esta época, y, para lo que nos interesa hoy, esas excursiones al campo con merienda incluida. 

Posiblemente, hoy, muchas generaciones de jóvenes no hayan vivido y, por consiguiente, no podrán recordarlo, esos paseos que los niños y niñas de las escuelas hacíamos los jueves y sábados por la tarde –en la época de muchas generaciones de mayores el sábado era lectivo hasta que entró en vigor la Ley General de Educación, la EGB, en el año 1970– al campo para disfrutar de la naturaleza, merendar y, sobre todo, jugar al aire libre y fresco que nos ofrecía la primavera.

Tras la merienda, venían los juegos. En la mayor parte de las veces, los niños jugábamos por un lado y las niñas por otro, pero lo esencial era la diversión y la diversidad de los juegos, que eran muy distintos para los niños y para las niñas. 

De los juegos de niños los había de todo: muy simples y otros muy complejos ya que había que hacer, recitar o, incluso cantar,  lo que se decía. Por ejemplo: En el llamado SALTO DE LA MULA había que decir y hacer lo que se iba recitando:

A la una, mi mula (Se saltaba).

A las dos, culetada o coz (se le daba con el culo o una patada en el culo).

A las tres, pluma, tintero y papel (Se simulaba estar escribiendo).

A las cuatro, las garras del gato (Se imitaba a los gatos).

A las cinco, los nudillos te los hinco (Se hincaban los nudillos en las espaldas).

A las seis, la patá del buey (Se le daba una patada especial).

A las siete, el sol se mete (Se hacía con la mano una visera para ocultar el sol).

A las ocho, bizcocho (Aparentábamos comer algo).

A las nueve, coge la botella y bebe (Simulábamos beber algo).

A las diez, vuelve a beber (Se repetía lo mismo).

O se jugaba al SALTO REAL, SEVILLA ELÉCTRICA, EL SALTO LA PAPA, AL CHURRO, MEDIA MANGA, MANGUERA, PIOLA O PÍDOLA, SALTO LA MATA, LAS CANICAS, EL PINGANÉ, EL CANIQUÍ, TROMPO O PEONZA, ETC. Todos ellos al aire libre y tras una buena merienda, con nuestras madres o hermanas mayores vigilándonos, era muy agradable y nos hacía pasqr una magnífica tarde de primavera.

De los juegos de las niñas podríamos hablar mucho ya que eran muy abundantes y variados y utilizaban mucho la cuerda, como ya hemos escrito en varias ocasiones. 

La mayoría de los juegos, tanto de niñas como de niños, más de cien, ya los publiqué hace años, pero en esta ocasión quiero dar a conocer unas letras, que en parte coincidían con los juegos de niñas que se hacían por nuestra ciudad, pero que tenían unas letras muy distintas. Hoy le ha tocado el turno a Ardales, en donde en las diversiones de las niñas, cantaban estas coplas y muchas más que ya las he publicado antes porque coincidían con otras poblaciones:

“Vamos al huerto

del tonto Lorín;

veremos al demonio

comiendo perejil.

¡Mariquita la Tercera!

¿Qué está haciendo el demonio?

-Unas gachas.

Vamos al huerto 

del tonto Lorín;

veremos al demonio

comiendo perejil.

¡Mariquita la Tercera!

¿Qué está haciendo el demonio?

-Unas migas.

Vamos al huerto del tonto Lorín;

veremos al demonio

comiendo perejil.

¡Mariquita la Tercera!

¿Qué está haciendo el demonio?”

“Palmatoria sevillana,

¿quién la tiene,

quién la gana?

Pasa el duque, 

la duquesa;

pásate, niña, la mano

por la cabeza.

Si yo fuera,

jardinero,

flores te regalaría;

pero como

no lo soy,

te felicito en tu día.

Día a día,

noche a noche,

te das la vuelta,

que viene el coche;

el coche sale

de la cochera,

para ir a Málaga

por la carretera nueva;

¡pin, pon, ¡fuera!”.

 

“Yo tengo un castillo,

matalarile, rile, rile;

yo tengo un castillo,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Y yo tengo otro,

matalarile, rile, rile;

y yo tengo otro,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

El tuyo está roto,

matalarile, rile, rile;

el tuyo está roto,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Como usted compone,

matalarile, rile,rile;

como usted compone,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Sacando una piedra,

matalarile, rile, rile;

sacando una piedra,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Esta piedra cuál será,

matalerile, rile, rile;

esta piedra cuál será,

matalerile, rile, irón.

¡Chimpón!

Esta piedra es……,

matalerile, rile, rile;

esta piedra es……,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Que le va usted a regalar,

matalarile, rile, rile;

que le va usted a regalar,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Unos zapatitos blancos,

matalarile, rile, rile;

unos zapatitos blancos,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Eso no lo quiere ella,

matalarile, rile, rile;

eso no lo quiere ella,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!”

Etc.  Etc.  Etc.

Hija de su padre y madre,

matalarile, rile, rile;

hija de su padre y madre,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

Eso sí lo quiere ella,

matalarile, rile, rile;

eso sí lo quiere ella,

matalarile, rile, irón.

¡Chimpón!

La cogemos de la mano,

matalarile, rile, rile,

la cogemos de la mano,

todas juntas en reunión.

¡Chimpón!

Defendiendo la bandera,

matalarile, rile, rile;

defendiendo la bandera

de la santa Religión.¡Chimpón!”

 

“El paseíto de oro,

es muy bonito;

por donde se pasean

los señoritos;

los señoritos llevan

en los zapatos

un letrero que dice:

“Viva el tabaco”.

Viva el tabaco, niña,

viva el tabaco,

por donde se pasea

mi primo Paco.

Ajo, perejil,

pimientos mil;

papel rayado,

pluma real;

por eso le llamamo

sestanco nacional.

¡Viva la Calle Mayor,

de ventanas y balcones!

¡Viva la reina Isabel,

madre de los españoles!

Carta del rey ha venido,

para la niña llorar,

que se vaya a la guerra

a defender su corona.

Que dame la mano, paloma,

dame la mano, pichona.

La fábrica tabaco

si fuera mía,

le metía cañonesde artillería.

Ajo, perejil,

pimientos mil;

papel rayado,

pluma real,

por eso le llamamos

estanco nacional.

Detrás de una mata

había dos conejos;

el uno era blanco,

el otro era negro;

por mucho que corría,

no los pillé;le

metí un tiroque lo maté.

Ajo, perejil,

pimientos mil;

papel rayado,

pluma real,

por eso le llamamos

estanco nacional”.

 

“La tonta Maricheo, 

(La chacha Chiringüela) güy, güy, güy;c

omo es tan fina, trico, trico, tri,

como es tan fina, lairón, lairón, lairón, lairón;¡

lairón!

Se pinta los colores, güy, güy, güy;

con gasolina, trico, trico, tri,

con gasolina, lairón, lairón, lairón, lairón;

¡lairón!

Su madre le ha dicho, güy, güy, güy;

-¡Quítate eso!, trico, trico, tri,

¡quítate eso!, lairón, lairón, lairón, lairón

¡lairón!

Que va a venir tu novio, güy, güy, güy;

a darte un beso, trico, trico, tri,

a darte un beso, lairón, lairón, lairón, lairón,

¡lairón!

Mi novio ya ha venido, güy, güy, güy;

y me lo ha dado, trico, trico, tri,

y me lo ha dado, lairón, lairón, lairón, lairón,

¡lairón!”.

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