En ocasiones hay situaciones en que se producen lesiones que cursan con pérdida de movimiento, de fuerza o de sensibilidad en una zona de nuestro cuerpo y realmente están producidas por un daño en un nervio en concreto. En esto consiste la mononeuropatía, que puede afectar a uno o varios nervios, pero siempre fuera del cerebro porque afecta al sistema nervioso periférico.
Este daño en el nervio se puede producir por múltiples causas, normalmente se debe a un traumatismo o a una inflamación prolongada que comprime el nervio. De esta manera se afecta la correcta transmisión del impulso nervioso y aparecen los síntomas típicos que incluyen debilidad con pérdida de fuerza, pérdida de sensibilidad en incluso parálisis en función de que afecte a una fibra motora o sensitiva. Esto puede afectar a cualquier parte del cuerpo, así por ejemplo, las mononeuropatías más frecuentes afectan al nervio ciático, al nervio femoral, al nervio axilar e incluso del túnel carpiano. Como comprenderán estas situaciones además de ser muy dolorosas son bastante incapacitantes.
El diagnóstico es complejo, utiliza un conglomerado de pruebas tales como TAC, resonancia magnética, ecografía, electromiografía y análisis de sangre. No debemos olvidar que en estos casos la fisioterapia juega un papel fundamental. El tratamiento combina fármacos tan diferentes como antiepilépticos (pregabalina), antidepresivos (amitriptilina), corticosteroides (deflazacort) y analgésicos entre otros. Esta patología puede prolongarse mucho en el tiempo, a veces cura espontáneamente. Para finalizar, hoy quiero animar a los pacientes que sufren esta dolencia, quizás en su paciencia resida parte del éxito en su curación.
