Empezó la Navidad con la tranquilidad del bando del Alcalde y de las multas a quienes hicieran uso de los petardos en Antequera. Fueron pasando los días y las fiestas, y con ellas, fueron viniendo los petardos. ¡Qué horror en Nochevieja!
Está visto que como no multen, en condiciones, no escarmentarán, aunque la base creo que sería de educación. Si los niños, con sus padres al frente, fueran consecuentes y no los lanzaran, no harían falta multas.
Para algunos se han escuchado menos, pero para otros, para quienes hemos sufrido el ruido y daños, no. ¿Se podrá hacer algo efectivo para el año queviene? Una cosa era tirar petardos en el Paseo y otra bien distinta por todos sitios.
