El creador del personaje literario de Peter Pan fue James Matthew, probablemente este autor no se imaginaría que este nombre también se utilizaría para denominar un síndrome, que por cierto en la actualidad está muy de moda. El Síndrome de Peter Pan realmente todavía no está considerado una patología en sí, pero hace referencia a un tipo muy concreto de personas, a su personalidad y a su interacción social.
El síntoma más característico que presentan estas personas es la negación de su madurez, para ello idealizan la juventud y se creen siempre jóvenes. De esta manera intentan llevar un estilo de vida en muchos aspectos no acorde con la edad en la que se encuentran. Son personas con baja autoestima, que normalmente se suelen mostrar inseguros. Le obsesiona que algo o alguien coarte su libertad, por eso suelen tener problemas con el compromiso, sobre todo con personas como sus propias parejas o algún familiar. Suelen tener tendencia a la manipulación, rebeldes por naturaleza y muy coléricos con personas de su confianza. Son algo narcisistas, necesitan que personas de su entorno más cercano alaben sus cualidades físicas o emocionales. No son conscientes del trastorno psicológico que sufren, por lo tanto difícilmente intentarán ponerle solución.
El síndrome de Peter Pan puede coexistir con otros estados o trastornos que sufra el individuo. Así por ejemplo como ya hemos hablado en otras ocasiones, tras la práctica de ejercicio físico intenso y periódico se producen en el organismo sustancias tan potentes como las endorfínas, serotonina y dopamina. Estas sustancias aumentan notablemente la euforia, la sensación de bienestar y de placer y son tremendamente adictivas. Podemos imaginar lo poco beneficiosos que son estos efectos en personas que además sufren el síndrome de Peter Pan. El problema se puede agudizar más si estas personas consumen alcohol o alguna otra droga de abuso. Quizás detrás de situaciones como éstas se encuentren personas que toman decisiones nefastas en su vida tanto personal como profesional. Pueden autodestruir sus relaciones de pareja, de familia e incluso de su trabajo.
