De nuevo estamos al frente de esta columna querido lector, buscando ese empeño personal de mostrar el trabajo que se cuece entre las paredes de la Redacción. Creo haberles hablado ya de mis compañeros, su trabajo, su entrega y las noticias que a cada uno nos gustan escribir, siempre desde una mirada sincera y a veces, llena de ironía.
Pero mientras escribimos, cogemos el teléfono o cientos de otras cosas más que se hacen para que pueda tener este periódico en sus manos, llegan las bromas, las ideas, los comentarios que lógicamente no podemos publicar aquí, pero estoy segura de que en la mayor parte estarían de acuerdo con nosotros.
En esos momentos de locura que llevan al cierre de una edición, siempre surgen pequeñas frases que luego se mantienen con el tiempo en nuestra cabeza y que nosotros nos empeñamos en que formen parte de nuestro día a día, para no olvidar, precisamente, de que nos debemos a usted, querido lector.
‘Yo perdí el miedo a los políticos’ es una de esas que permanecen en nuestros tablones desde julio de 2013. Hemos cambiado muchas cosas, pero permanece ahí, quieta, fija para no olvidarnos de nuestro quehacer.
¿Quién de todos nosotros dijo esta frase? Permítanme que no se lo cuente, es regla de cualquier periodista no desvelar sus fuentes, pero lo cierto es que no recordamos como llegaron esas palabras ahí ni en qué momento de locura surgieron, pero sí que es una frase que nos aplicamos.
¿Teníamos miedo entonces? No, segura estoy de que no. ¿Tenemos miedo ahora? No, también estoy segura de ello. ¿Tendremos miedo en el futuro? Intentaremos que no. La política tiene muchas cosas, pero debe tener el respeto del periodista, porque es él quien refleja su labor, bien o mal hecho.
