Triste noticia llegó a tierras granadinas el pasado 16 de noviembre. La perdida de don Ángel Guerrero entristeció a la ciudad, en especial, a ese barrio que guarda parte de la intrínseca relación entre Granada y Antequera, esa Antequeruela se enmudeció al conocer tan amarga comunicación.
Se marchó una gran persona, un defensor de su tierra, de su historia. Un hombre, que quien haya tenido la suerte de conocerlo, le habrá dejado una impronta que no se olvida. Esos recuerdos se agolpan tras su lamentable pérdida, intentando llenar ese vacío que deja.
Uno de esos recuerdos que nunca se olvidan, sucedió el mismo día de la salida de Santa Eufemia de hace muchos años, cuando se enteró que iba a comenzar mis estudios de Historia. Una vez finalizado el traslado de Santa Eufemia, que por entonces hacíamos en la furgoneta de “El Rubio” hacia Santa María, don Ángel se sentó a mi lado, para contarme la historia de la ciudad de Antequera, sin escatimar en detalles, con una precisión milimétrica, fruto de un exhaustivo conocimiento de la misma pero, sobre todo, derrochando amor y pasión hacia su ciudad, hacia su Antequera.
Sus palabras quedaron marcadas en mi memoria y ahora, tras este terrible acontecimiento, vienen sin cesar a mi mente, como grato recuerdo de una persona ejemplar como padre, esposo, como antequerano y sobre todo, como gran persona.
Con una sonrisa recuerdo como finalizó esta clase magistral: “Joven, que no decaiga nunca tu pasión por la Historia y que Antequera se sitúe en el centro de tus pensamientos”. Y hasta ahora, puedo decir con gratitud, que sigo al pie de la letra lo que don Ángel, maestro de maestros, me enseñó.
La ciudad de Antequera se ha quedado sin uno de sus grandes referentes. Te echaremos de menos, pero seguro que la Virgen del Socorro y Santa Eufemia te guían en tu nueva andadura. Seguro que ahora, en el Cielo, seguirá pregonando tu amor por Antequera, haciéndolo extensivo a todos los presentes. Si conseguiste llevar el nombre de Antequera a todos los lugares, ahora seguirás realizando esta labor.
No se preocupe, don Ángel, quede tranquilo que su labor la continuarán sus hijos a los que supo transmitir sus virtudes y ese amor por Antequera. Y con respecto a Santa Eufemia, tampoco se preocupe, ahí estaremos para mantenerla, junto a Curro y Lorena, en el lugar que debe ocupar. Aunque eso sí, echaremos en falta sus gestos de cariño que siempre transmitía el día de la salida procesional. Nos faltará ese abrazo y palmada que nos daba, eso sí, cámara en mano para no perder detalle.
Se marchó pero su recuerdo siempre estará presente. Descanse en Paz don Ángel Guerrero Fernández.