La Cofradía del Rescate está inmersa en una transformación en su procesión del Martes Santo en Antequera, donde el nuevo trono del Señor del Rescate transmite nuevas formas de llevar a sus imágenes titulares por las calles de su tierra.
Segundo año del nuevo trono, esta vez lució la primera fase del tallado por parte de los cordobeses Ortiz Jurado. Eucaristía a las 13 horas en el templo trinitario, presidida por los religiosos, en cuyo transcurso se entregaron medallas a los nuevos cofrades.
Ya por la tarde, Desfile de la Armadilla a las 18,30 horas para avisar a la ciudad que el Rescate iba a procesionar, en una magnífica tarde primaveral, con cielo despejado y sin frío como días anteriores, algo poco frecuente en un Martes Santo antequerano.
Oración trinitaria antes de abrir las puertas que así lo hicieron a las 19,30 horas, comenzando la procesión con una abarrotada Cruz Blanca donde primero salió el Señor, para esperar a su Madre para el primer «encuentro» del día.
La Banda Cruz de Humilladero de Málaga estrenó “Virgen de la Piedad” de Rafael García Fernández, empezando a organizarse la procesión subiendo calle Porterías.
Abría el cortejo la cruz parroquial y dos maceros, tras los que iban los penitentes de la Virgen de la Piedad que abrían paso a la Virgen bajo palio, dirigida a su vez por el hermano mayor de la Cofradía, Francisco Peláez León.
Muy acertada de nuevo la forma de vestir a la Virgen de la Piedad, por parte de su camarera Encarnación Campos Pedraza y el vestidor Javier Subires Jiménez, abogando este año por la saya de terciopelo roja bordada. Escoltada por el Acuartelamiento Aéreo de Bobadilla Estación fue la comitiva muy ordenada y puntual.
Tras Ella, la Banda Cruz de Humilladero de Málaga, de momento, lo mejor que se ha escuchado en esta Semana Santa, cerca de un centenar de músicos que no pararon de interpretar marchas cofrades, alentando a los hermanacos mecer lo mejor posible con su ayuda.
Seguían mujeres vestidas con mantilla española, más penitentes y el trono del Señor del Rescate, dirigido por Guillermo Ramos Pérez que de nuevo emocionó y alentó a sus hermanacos con sus palabras iniciales dentro del templo.
La Guardia Civil escoltaba al Señor, seguido de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Verónica de Antequera, que puso su aportación musical a que los hermanacos mecieran al Moreno durante su recorrido. Y por último, más de dos mil personas alumbrando al Señor del Rescate.
Destacado paso por las calles estrechas, La Vega y Laguna, con petaladas y emoción de sentimientos con las marchas cofrades. Llegada al centro por calle Cantareros, para pasar por San Luis, saludo a la Virgen de los Remedios, paso por el Ayuntamiento y San Agustín.
Muy puntuales, bajaron toda la calle Lucena para llegar a la Cruz Blanca, donde ambos tronos se encontraron ante la emoción del público con la novedad este año que las bandas hicieron callar a la multitud, para vibrar con sus marchas hechas oraciones. Primero con el «Stabat Mater» y el «Amor y Fe» de la Banda de Antequera que hizo volcarse con una fuerte ovación.
Y para poner los pelos de punta, cuando la banda de la capital interpretó «A ti Manué», momento en el que el silencio se apoderó de la Cruz Blanca, los hermanacos mecieron suavemente y el delirio cofrade terminó con saetas para regresar los dos tronos a su templos pasadas las 1,30 horas de la madrugada.
Terminó el Martes Santo de 2018, donde el Rescate sigue renovándose, no solo en sus tronos, sino en la forma de concebir la procesión en la calle, con más orden, conjunción y acariciando el sentimiento que transmiten las calles estrechas, las aún desconocidas por hermandades en nuestra ciudad y que podrían ser la clave de la nueva evangelización de las cofradías en nuestra ciudad.
