El Rincón de Lola se caracteriza por ser un establecimiento con un ambiente agradable ubicado en calle Encarnación junto a la Plaza del Coso Viejo.
En este mes de diciembre este referente del sector hostelero de nuestra ciudad celebra su décimo aniversario, y de ello hablamos con su gerente Lola Velasco Muñoz quien nos hace balance: “El balance diez años después es bastante positivo, ya que empecé con una crisis en el 2008, pero gracias a mi Antequera y sus antequeranos que han respondido de maravilla, hoy estoy aquí”. En estos diez años, la gerente de ‘El Rincón de Lola’ se queda con “la respuesta que me ha ofrecido Antequera y sobre todo el personal tan estupendo que tengo que junto a mi marido forman el equipo ideal”.
Para consolidar un negocio como el de ‘El Rincón de Lola’, al margen de trabajo y esfuerzo atesora algunos secretos que Lola nos confiesa: “La calidad es lo principal junto a una buena materia prima, así como el respeto hacia los clientes que es muy importante, sin ellos aquí no estaríamos. Pero sobre todo, no desear nunca para el cliente lo que nunca vas a desear para ti…”.
Sobre lo que diferencia a ‘El Rincón de Lola’ del resto de establecimientos del sector, su gerente asegura: “Sin duda aquí la gente empieza a venir por la curiosidad y por todo lo que ofrezco de diferente… y han continuado viniendo porque han visto el trabajo que realizamos tras cada tapa…”
El turismo, una pieza fundamental
La declaración del Sitio de Los Dólmenes como Patrimonio Mundial en 2016 supuso un punto de inflexión en el sector hostelero en nuestra ciudad y por su puesto para ‘El Rincón de Lola’: “Para nosotros el mejor año fue sin duda ese… Gracias a eso por aquí pasa mucha gente de todos los sitios… Yo tengo clientes de La Coruña, Zaragoza… con los que incluso sigo teniendo comunicación”. Diez años dan para mucho y su gerente guarda muchas anécdotas ocurridas en su restaurante, pero Lola recuerda entre risas: “Tengo una con nuestro tomate relleno, creo que fue en 2009. Vinieron unos clientes preguntando por él , lo pidieron y les encantó. Pero a la hora de pagar me dijeron que había un error en la factura porque les había cobrado 7 euros por un tomate y les dije que ese era su precio… Y hasta que no les detallé su elaboración al detalle no se convencieron”.
