Hija de uno de los odontólogos referentes en nuestra ciudad, Claudia Torres Carmona (Antequera, 4 de octubre de 1995) trabaja duro codo con codo junto a su padre el doctor José Manuel Torres para recoger en un futuro el testigo en la reconocida Clínica Dental Torres.
Claudia, Graduada en Odontología, comenzó su vinculación con la clínica de su padre “cuando tenía 16 años. Pasaba los veranos aquí echando una mano como auxiliar recogiendo, colocando y limpiando el material, pero sobre todo miraba para ir aprendiendo todo lo que podía”, recuerda Claudia.
Tras concluir los estudios el pasado mes de junio, la joven doctora decidió comenzar a trabajar de lleno junto a su padre: “Como en mi clínica no voy a estar en ninguna parte. Tengo muchas facilidades aquí. Mi padre me enseña sin callarse nada porque muchas veces tú quieres especializarte en algo y el dentista que haya no te enseña porque él hace eso. Es por esto, que la formación que me está dando mi padre no me la iba a dar nadie más”.
“Además tengo mucha confianza con las enfermeras. Estoy con gente que me conoce de toda la vida, me tienen mucho cariño, estoy muy cómoda y aparte mi padre, desde que yo he entrado está innovando mucho, metiendo muchas cosas nuevas, ya que en las generaciones que nos separan ha habido muchos avances tecnológicos y es por eso que estamos comprando materiales y me quiero formar en los campos más novedosos de la odontología”, añade.
Una odontología más moderna y avanzada
Sobre cómo es trabajar con su padre, Claudia destaca: “Nos llevamos muy bien trabajando porque tenemos visiones parecidas. Nos gusta el trabajo bien hecho”.
“Pienso que aquí en la Clínica puedo aportar una visión de la odontología más moderna, vanguardista y más avanzada desde el punto de vista de técnicas y materiales nuevos. Yo tengo una visión más estética y restauradora: menos exodoncias, más empastes, mascarillas y menos intervención. También me gustan los niños porque creo que hay que cuidar la salud bucal desde que somos bebés”, añade la doctora Torres Carmona.
El trabajar con su padre en la clínica le aporta a la doctora Torres: “Aprender mucho más rápido de lo que lo haría en cualquier otra parte, porque para empezar la mayoría de mis compañeros ni siquiera trabajan de lunes a viernes, a lo mejor trabajan dos o tres días echando unas horas. Yo estoy aprendiendo mucho porque estoy trabajando mucho”.
En cuanto a si se ve en un futuro capacitada de tomar las riendas de la Clínica, Claudia asegura: “Todavía me queda mucho recorrido porque además creo que lo primero que tengo que hacer es especializarme y eso es lo que mi padre quiere que haga. El papel del odontólogo cada vez está más desfasado y lo que se buscan son los especialistas”.
“Quiero especializarme en ortodoncia y en estética porque realmente me gusta y me apasiona, además en esta especialidad hay mucha demanda. Soy una persona ciencias formales, de hecho yo empecé ingeniería aereoespacial antes de hacer odontología y me gustan mucho la física y las matemáticas y la ortodoncia es la aplicación más científica dentro de la odontología”, añade. Sin duda, toda una profesional joven y sobradamente preparada que afronta el futuro con los pies en el suelo.