Aún no ha cumplido los catorce años, los pies los mantiene en el suelo, pero su potencial aflora día a día. Os presentamos a Enrique Pérez, un joven jugador de la cantera del Club Balonmano Los Dólmenes-Tierra de Maestros que ha sido llamado por la Selección Española entre sus jóvenes promesas. Enrique ya ha preparado sus maletas para acudir a una concentración en Granada con 70 jugadores más.
Pasito a pasito, y cogiendo mucha carrerilla. Así está siendo el inicio de la aún corta carrera de Enrique Pérez en el Balonmano. Aún es un desconocido para la mayoría en este deporte, pero su potencial apunta a diamante en bruto.
Este adolescente antequerano, que cumplirá 14 años en mayo, juega en las categorías inferiores del Club Balonmano Los Dólmenes-Tierra de Maestros, donde está demostrando muy buenas maneras para tan solo llevar un año y medio jugando a Balonmano.
Su crecimiento es tan evidente que ya ha sido convocado por la Selección Andaluza y, más allá aún, acudirá este domingo 20 de febrero a la llamada de la Selección Española. Irá a una concentración masiva, durante una semana, en el Centro de Alto Rendimiento de Granada, donde compartirá estancia con las jóvenes promesas de ‘Los Hispanos’, es decir, allí se dará cita con los mejores jugadores del país en edad cadete, unos 70 jugadores en total, aunque él aún juega en infantil de segundo año.
Enrique recibió esta llamada con sorpresa y mucha ilusión: “No me la esperaba, había estado en la Andaluza, pero no esperaba llegar a la Española. Llegué del colegio y me lo dijeron mis padres, no me lo creía”.
No fue quizá amor a primera vista la relación de Enrique con el Balonmano, pero los mejores amores pueden empezar por la más increíble casualidad: “Fue a raíz de un amigo de mi padre, que es entrenador de Balonmano, él le dijo que con el cuerpo que tenía y al ser zurdo, podía ser buen jugador”. Pérez había hecho sus pinitos antes con el Fútbol, pero decidió dar el salto al Balonmano y probar: “Al principio no me gustó mucho, pero me dije que hasta que no supiera jugar bien no iba a parar para saber si me gustaba. Me resultaba más raro porque pensaba que sería más fácil, el coordinar los pasos, botar, seguí y seguí y me gustó mucho”.
Enrique juega de lateral derecho, tiene una gran estatura para su edad que le permite ser un muro en defensa y una zurda que siempre marca la diferencia en este juego. “Lo que más me gusta es defender, el cuerpo a cuerpo”. Además, es consciente de que la única forma de mantener el buen potencial que tiene y llegar a la elite es el trabajo y el esfuerzo: “Quiero seguir mejorando y ojalá que en el futuro me vuelvan a convocar y pueda jugar competiciones internacionales”.
Mirando a un futuro aún lejano, Enrique admite que uno de sus sueños sería “jugar en el primer equipo” de Antequera, y mantiene los pies en el suelo con una única filosofía: aprender y mejorar. “Siempre busco ser mejor, siempre hay algo que mejorar. Mi mayor virtud precisamente es que me fijo mucho en los demás, en los jugadores del primer equipo, para aprender”.